viernes, 28 de diciembre de 2012

LO MEJOR DEL ANIME 2012

Y para terminar el mes de diciembre en POSTCARDS FROM THE EDGE, ¿qué mejor que otra lista de lo mejor del año? Como dice Fry, yo tampoco estoy seguro de querer leer otra más, pero como las últimas dos postales que escribí para el blog han resultado de las más populares, pues vamos de necios a sacarle más agua a la piedra. Y solo para fastidiar a la gente, esta vez va a ser sobre un tema que no le interesa a nadie que lee éste blog (juzgando por el número de visitas a las postales anteriores sobre lo mismo): el anime. Para no aburrirlos tanto, va a ser una postal muy chica.



Mi anime favorito del 2012, y por mucho, fue el de SAKAMICHI NO APOLLON (mejor conocida como KIDS ON THE SLOPE), basado en el manga homónimo. No solo es una serie bellísima que no incluye robots gigantes o espadas mágicas o personajes con ojotes tiernos (para los que creen que el anime es solo eso), sino que además únicamente dura 12 episodios, que en mi caso personal la ayuda mucho. Con algunas excepciones muy notorias, la verdad ya no aguanto series muy largas. La serie está dirigida por nuestro viejo conocido Shinichiro Watanabe, el mismo de la inolvidable COWBOY BEBOP de hace casi 15 años (cómo vuela el tiempo). La historia trata sobre dos muchachos adolescentes y su joven amiga (el pegamento en la relación) en los años 60s, de personalidades muy distintas pero que terminan juntándose por su amor mutuo al jazz. Como se pueden imaginar, la música es uno de los elementos más importante de la serie, y afortunadamente está a cargo de la mismísima Yokko Kanno, quien ya había trabajado con Watanabe en COWBOY BEBOP, precisamente. Muy pero muy recomendada.


La otra serie que me encantó este mismo año fue la perturbadora ANOTHER, basada en la famosa novela de Yukito Ayatsuji. Lo he dicho con anterioridad, y lo vuelvo a repetir: nadie hace horror como los japoneses hoy por hoy. Desde las películas de Hideo Nakata (RINGU, DARK WATER, etcétera), o las de Takashi Shimizu (JU-ON), o las novelas de Koji Suzuki (SPIRAL), hay algo verdaderamente visceral en su manera de lidiar con el tema que no he encontrado en las historias occidentales. En efecto, a pesar de que nunca vemos la verdadera amenaza, dejando que nuestras mentes imaginen lo peor, hay varias escenas bastante graficas en ANOTHER. No es para toda la familia, sobre aviso no hay engaño. No me vengan a gritar luego. La serie también consiste en solo 12 episodios (aunque posteriormente apareció un “episodio cero”), así que no tomara mucho de su tiempo si la quieren intentar ver.


SPACE BROTHERS es otra que me gustó desde el principio. La historia trata sobre dos hermanos que intentan convertirse en astronautas. La premisa, que puede parecer simple o hasta tediosa, es de hecho el fondo a ese animal tan raro en nuestros días: una verdadera serie de ciencia-ficción, como la ya clásica PLANETES de hace una década, o el OVA de GO: ELLIPTICAL ORBIT/SYMBIOTIC PLANET del 2009. Quizá el OVA original de 2001 NIGHTS de hace ya 25 años. La animación es casi elemental, y probablemente es a proposito. No se van a encontrar aquí los efectos de una NEON GENESIS EVANGELION, pero el guion es lo suficientemente fuerte para contrarrestar eso. Para los interesados en ver una historia bien pensada de CF Dura, esta es la que tienen que ver.




De las series que apenas empezaron en el último trimestre del año, solo me han gustado hasta ahora las de PSYCHO-PASS, cuya premisa recuerda ligeramente a MINORITY REPORT y sus dilemas éticos y morales (por ser una serie policiaca del futuro cercano, la comparación más obvia quizá sería GHOST IN THE SHELL: STAND ALONE COMPLEX, pero la verdad a mi me ha parecido más a WITCH HUNTER ROBIN, quizá a ERGO PROXY); la de BLAST OF TEMPEST (un thriller contemporáneo con algunos toques de Shakespeare); la segunda temporada de JORMUNGAND (me está recordando a TRIGUN, que empezó como una simplonada, enfocándose más en la acción, acción y más acción y muy poco en el desarrollo de los personajes, pero que luego se convirtió en algo mucho más profundo y hasta conmovedor. Por fuerza había que ver esos primeros episodios para entender lo mucho que la serie cambió al final. Aquí parecen estar intentando algo similar); y la de FROM THE NEW WORLD (lenta, pero interesante). Quizá la de MAGI (que ha resultado una serie muy sencilla, de narración lineal y sin trucos pirotécnicos estructurales, pero sorprendentemente adictiva. Situar la historia en el medio oriente de las leyendas es además algo refrescantemente distinto para un anime)

En resumen, ha sido un muy buen año para el anime, mucho mejor que el anterior, por ejemplo. El año pasado, las series de GOSSICK, BLUE EXORCIST, y DEADMAN WONDERLAND (a primera vista sus cartas fuertes) me acabaron decepcionando ligeramente, aun cuando ninguna era mala. Debo admitir que TIGER & BUNNY, también del 2011, sigue siendo una de mis favoritas de todos los tiempos, pero esa acabó siendo la excepción a la regla. En fin, ¿alguien más ha visto otro buen anime este año para recomendar?

¡Feliz año nuevo!

miércoles, 12 de diciembre de 2012

LOS 5 MEJORES COMICS DEL 2012

Si la lista de las Mejores Novelas de Ciencia-Ficción del 2012 de la semana pasada fue difícil de compilar, escoger a los mejores comics del año es aun más complicado. Existen más, para empezar, (y son aun más fáciles de conseguir gratis, si entienden a lo que me refiero). Para reducir los parámetros y hacer la labor un poco más sencilla, decidí incluir únicamente a los comics que iniciaron (o aparecieron) en 2012. De lo contrario, por supuesto le tendría que dedicar algunas palabras a comics como THE GOON, o ELEPHANTMEN (ambos de Dark Horse),  o CHEW, o MORNING GLORIES (ambos de Image), o a series como THE SIXTH GUN o ATOMIC ROBO (ambos de editoriales aun más pequeñas). Para no extendernos demasiado, por el momento tampoco voy a incluir series de manga, o álbumes europeos, aunque bastantes proyectos interesantes aparecieron en ambos mercados el año pasado. Quizá en una postal futura. Paso por paso, como diría mi abuela.


Imposible no empezar la lista con la monumental THE NAO OF BROWN, la última novela grafica del siempre impredecible Glyn Dillon. Algunos de ustedes a la mejor recuerdan a Dillon por su trabajo en TANK GIRL (ese himno a la anarquía punk) hace casi 20 años, junto con Alan Martin y Jamie Hewlett, y quizá el esporádico comic para Vertigo en los 90s. Dejó el mundo de los comics por muchos años, dedicando sus talentos a menesteres donde si te pagan, como los videos de Gorillaz con su amigo Hewlett, pero ahora ha regresado y viendo algunas de estas páginas uno se queda deseando que nunca se hubiera ido. Hay escenas que parecen sacadas de una película de Miyazaki, y ¿qué más se puede pedir de la vida?


Dillon muestra un virtuosismo casi camaleónico al utilizar distintos estilos de ilustración para crear cada uno de los múltiples universos dentro de la narrativa de la protagonista Nao. Desde acuarelas muy suaves, casi etéreas, para el mundo real, hasta dibujos híper-realistas para algunos de sus sueños, cuando uno pensaría que sería todo lo contrario. Una de las narrativas paralelas trata sobre un cuento fantástico imaginado por un personaje basado en Hayao Miyazaki y en Jean Giraud “Moebius”. La página de al lado, con su incongruente mezcla del robot gigante con patas de palillos de dientes, y los aviones de la Segunda Guerra Mundial, es un buen ejemplo. En otro artículo hace un par de meses describí con más detalle este libro, donde me atreví a nombrarlo como la “mejor novela grafica” del año (algo no fácil de conseguir el mismo año en que Alan Moore sacó su LEAGUE OF EXTRAORDINARY GENTLEMEN: CENTURY 2009), y mi opinión no ha cambiado. Mi mayor posible recomendación. El libro viene en pasta dura y con papel grueso (para que los colores resalten adecuadamente), lo que desgraciadamente significa que no es barato. La novela vale la inversión, por otra parte. Búsquenla, si tienen la oportunidad. Puede ser la ASTERIOS POLYP o HABIBI de este año.

Hace unos meses, posteé en mi muro de Facebook algunas imágenes sobre un comic llamado PROPHET. Algunos creerán que estoy haciendo trampa, pues recordaran que se trata del mismo comic que Rob Liefeld inició en los años 90s. Lo que pasa es que este PROPHET tiene tan poco que ver con el comic original, que para propósitos prácticos es un comic nuevo.


¿Recuerdan los comics de Liefeld de los 90s? La palabra basura, por supuesto, no es suficiente para describirlos. Pero de la misma manera que el maestro Alan Moore agarró SUPREME hace casi 15 años y lo transformó en uno de los libros mejor recordados de todos los tiempos, ahora Brandon Graham, el creador indie de KING CITY, revivió a PROPHET (a partir del número #21), y ha logrado un pequeño milagro. Nada que ver con súper-héroes deformados por los esteroides, mujeres despampanantes (según Liefeld, claro), y peleas de 20 páginas por número. Ahora el comic es una verdadera epopeya de ciencia-ficción descarriada, con ideas locas en casi cada panel. En vez de leerse en dos minutos, como en los días de Liefeld, ahora requiere de unos 15 minutos de lectura muy densa. El dibujo parece arañado en el papel, garabatoso, casi abstracto en ciertas partes, lleno de detalles obsesivos en otras. En el primer número, el protagonista debe tener sexo con un insecto para conseguir información. En el siguiente, la historia ocurre en las ruinas de una ciudad en el ombligo de un colosal gigante. Las naves espaciales son seres vivos y las tripulaciones deben comunicarse con ellas por medio de los olores (mientras más desagradables, mejor). En resumen, el tipo de historias delirantes que solían publicar en HEAVY METAL en los años 70s, cuando la revista todavía era socialmente relevante. Si están buscando algo distinto, esto puede ser lo indicado.


Jonathan Hickman es un escritor que me gusta mucho. Cuando se lo llevaron para Marvel temí que ya no volvería escribir para los independientes (y por originales que han sido sus comics como S.H.I.E.L.D. o FF, es obvio que las restricciones editoriales en comics para “toda la familia” lo limitan demasiado). Afortunadamente, Hickman nunca olvidó que sus inicios fueron en Image y se ha mantenido ocupado con mini-series como SECRET y THE RED WING. Mi favorita, sin embargo, y por mucho, es su serie de THE MANHATTAN PROJECTS, que ocurre en un mundo paralelo donde descubrimos que el famoso (e infame) Proyecto Manhattan donde desarrollaron la primera bomba atómica al final de la Segunda Guerra Mundial era en realidad tan solo una fachada. Un frente falso que oculta el hecho que hay más de un Proyecto Manhattan, cada uno desarrollando las ciencias más excéntricas y guiados por los más grandes científicos del siglo XX, desde Robert Oppenheimer, un sociópata esquizofrénico (con varios “Oppenheimers” viviendo dentro de su cabeza), hasta el vanidoso e inmoral Richard Feynman, pasando por Albert Einstein en persona, absorto en sus propios pensamientos siniestros todo el tiempo, Werner von Braun, antiguo científico Nazi con un brazo mecánico de acero, y Enrico Fermi, que crea la primera inteligencia artificial de la historia al utilizar el cadáver de Franklin Delano Roosevelt. En otras palabras, diversión, diversión, diversión.


SAGA, el nuevo comic de Brian K. Vaughan, es mi siguiente recomendación. A partir del éxito de comics inolvidables como Y: THE LAST MAN y EX MACHINA (caramba, hasta su RUNAWAYS para Marvel era muy bueno), Vaughan, al igual que Dillon antes que él, dejó el mundo de los comics para probar fortuna en Hollywood (donde escribió varios episodios de LOST), pero después de varios años ha regresado, y nos demuestra que ojala nunca se hubiera ido. SAGA, que logra mezclar irreverentemente a la ciencia-ficción de una Space Opera de Iain M. Banks con la fantasía heroica de un Steven Erikson, ha resultado sorprendentemente buena. No lo perjudica, claro, el tener a Fiona Staples como dibujante (siempre fue buena, pero nunca tan buena). Vaughan está de vuelta donde pertenece, en lo que a mí respecta.

 

Mi última recomendación del día de hoy es la verdaderamente bizarra MIND MGMT de Matt Kindt, a quien recordamos por su famosa PISTOLWHIP de hace una década, nominada al Harvey y hasta incluida en la lista de las “Top 10 Graphic Novels” del 2001 de la revista TIME (y que por supuesto nadie compró), y por su webcomic SÚPER SPY. Otros quizá lo recuerden por su novela REVOLVER que Vertigo publicó hace tan solo un par de años, y hoy en día hasta chamba tiene escribiendo para los New 52 DC. Al igual que Hickman con Marvel, sin embargo, las reglas editoriales de DC limitan bastante a Kindt, y es con MIND MGMT, para editorial Dark Horse, que Kindt puede dar rienda suelta a su fértil imaginación. Nominalmente un comic sobre una numinosa organización de espías psíquicos… después de que la agencia ha sido oficialmente clausurada, en realidad es difícil describir de lo que trata. Es increíble la cantidad de detalles y pistas casi subliminales con las que Kindt llena cada página, e inclusive las portadas y contraportadas. Hasta los anuncios tienen algo que ver con la historia. La portada que enseñó aquí es un buen ejemplo: si le dan clic a la imagen y la estudian más a fondo descubrirán que no es lo que parece. 


Igual que la semana pasada me gustaría añadir un par de “menciones honorificas”. FATALE, la nueva serie de Ed Brubaker y Sean Phillips (los mismos creadores de la extraordinaria CRIMINAL para ICON/Marvel, y las dos temporadas de SLEEPER para Wildstorm/DC) que logra mezclar las sensibilidades noir tan caras para ambos autores con elementos de horror casi Lovecraftianos. Ahora que Brubaker finalmente dejó de escribir CAPTAIN AMERICA este es el único comic donde pueden seguir disfrutando de su dosis mensual. También quiero mencionar con mucho entusiasmo a BULLETPROOF COFFIN: DISINTERRED, la segunda mini-serie de la saga por David Hine y Shaky Kane. Absurda e irreverente y completamente distinta a cualquier otra cosa en el mercado. ¡Necesitamos más comics así!


Finalmente, no mencioné ningún comic de Marvel, porque los nuevos comics de Marvel NOW apenas acaban de comenzar y es un poco temprano todavía para decir cuáles son buenos o no (aunque como platiqué en Facebook hace un par de semanas, THOR: GOD OF THUNDER ha resultado una agradable sorpresa). De los que ya existían, quizá habría incluido a WINTER SOLDIER, que empezó precisamente a principios de año. De DC me habría gustado recomendar títulos como SPACEMAN de Brian Azzarello y Eduardo Risso (los creadores de 100 BULLETS), o quizá hasta NEW DEADWARDIANS, pero en realidad no puedo decir mucho sobre esa compañia ya que continua mi boicot debido a todo este vergonzoso asunto de BEFORE WATCHMEN. Por las noticias que he leído (la cancelación de HELLBLAZER, remplazado por un comic para toda la familia llamado CONSTANTINE donde John trabaja al lado de Superman y Flash; la renuncia abrupta de Karen Berger como editora en jefe de Vertigo), parece que no me estoy perdiendo de mucho.

sábado, 8 de diciembre de 2012

LAS MEJORES 5 NOVELAS DE CF DEL 2012

¿A dónde se va el tiempo? Juraría que fue solo hace unas semanas cuando escribí la postal para platicar sobre las mejores novelas de Ciencia-Ficción del 2011, y sin embargo, parece que ya me toca hacer la del 2012. Como siempre, se escriben demasiados libros, aun si uno nada más busca de CF. Es imposible leer todo lo que se publica en el género, así como podían hacer los lectores de los años 50s. El chiste es intentar ser selectivo, pero aun así es una labor perdida. Revisando las listas de libros que se publicaron tan solo en este año me deprime el ver la enorme cantidad que no he leído y, casi con toda seguridad, nunca voy a leer. Me digo a mi mismo que las premisas de la mayoría que no he leído no se me hacen muy interesante, pero la verdad es que hay muchas que sí. En fin…


Como no puedo hablar de todas, hoy me voy a enfocar únicamente en las novelas de CF, dejando al lado (por el momento) a las de Fantasía y las de Horror. Tampoco voy a hablar desgraciadamente de colecciones de cuentos o antologías (en cuyo caso sería absurdo no mencionar a THE WEIRD, y quizá a JAGANNATH de Karin Tidbeck) porque nunca terminaríamos. Afortunadamente, varias de los mejores novelas que empiezan a aparecer en las listas de lo mejor del 2012 ya las mencioné a lo largo del año (siempre es bueno enterarse que mis gustos no son tan malos). Novelas como THE DROWNED CITIES de Paolo Bacigalupi, o RAILSEA de China Miéville, o THE ISLANDERS de Christopher Priest, o THE HYDROGEN SONATA de Iain M. Banks, o THE MIRAGE de Matt Ruff, o AVAILABLE DARK de Elizabeth Hand. Hagan clic en cualquiera de esos links si quieren leer las reseñas de cada uno de esos libros.



Así pues, puedo hacer trampa y dedicarme hoy a otras novelas que por una razón u otra nunca pude mencionar. ¿Qué mejor manera de empezar que con la monumental THROUGH THE VALLEY OF THE NEST OF SPIDERS del maestro Samuel R. Delany? El título es un obvio tributo a aquella primera novela de Italo Calvino, EL SENDERO DE LOS NIDOS DE ARAÑA, y la ambición literaria de Delany no se detiene ahí. El libro sirve además como una especie de secuela de su DARK REFLECTIONS del 2007 (sobre un poeta homosexual negro que vive en Nueva York), pero en realidad la conexión es temática más que en cuestión de trama, y por lo tanto no es necesario leer la otra novela para entender esta nueva. La conmovedora historia de dos hombres gay a lo largo de 50 años comienza precisamente en el 2007, antes de avanzar a lo largo de varios años y décadas en el futuro. Como todas las novelas de Delany de las últimas dos décadas, no es para todos. Será conmovedora, pero también brutal y bastante explicita. Si les ofende la pornografía, por más bella que sea la prosa, ni se molesten. Sobre advertencia no hay engaño. En cien años la gente se va a dar cuenta que Samuel Delany era uno de los mejores escritores de todos los tiempos, pero por el momento estos extremos gráficos le impiden acceder a las masas. A Delany no parece molestarle esto, claro. Mencioné el lenguaje. Como de costumbre, Delany se demuestra un artesano de las palabras. Mientras muchos abogan en que hay que regresar a un lenguaje más sencillo, más realista, a la hora de escribir novelas, Delany los manda a todos por un tubo y demuestra su amor por el lenguaje, como todo buen escritor (que por supuesto empieza como lector). Recibe mi mejor posible recomendación. Por otra parte, como pueden apreciar por la foto, es un tabique de libro que deja corto a su legendario DHALGREN de hace 30 años. De nuevo, no es para los de mentes pequeñas que prefieren leer tuits.


THE RAPTURE OF THE NERDS, de Charles Stross y Cory Doctorow, es mi siguiente elección. Era inevitable, supongo, que estos dos escritores iconoclastas (que además son buenos amigos) se unirían un buen día para escribir una novela juntos y el resultado es este verdadero trabuco que no desea otra cosa más que provocar un Shock del Futuro a cualquiera que se atreva a leerlo. Si un hombre de Tenochtitlán viajara en el tiempo y lo ponemos a mitad del trafico de Avenida Insurgentes, el pobre diablo no entendería lo que sus ojos ven. Es decir, no solo estaría orinándose del miedo, sino que literalmente su cerebro sería incapaz de procesar las imágenes y sonidos que sus sentidos le están comunicando. Shock del Futuro. Si este mismo individuo intentara leer el cuento más ordinario sobre la vida en el siglo XXI, tampoco entendería casi ninguna palabra o la manera en que son usadas, aun si hablara el mismo lenguaje. Siguiendo el mismo argumento, una obra de CF que intentara verdaderamente expresar la vida en el futuro (como en teoría todas lo intentan hacer) seria casi incomprensible para un lector moderno contemporáneo. Se dice muy fácil, pero la verdad muy pocos libros logran causar este tipo de “shock”. La novela ACCELERANDO del mismo Stross de hace algunos años es un magnífico ejemplo de una obra que sí lo logró. THE RAPTURE OF THE NERDS pretende ser algo más ligera y divertida, llena de referencias que únicamente los geeks más hardcore van a entender, pero es inconfundible la intención de ambos autores, con una densidad casi impenetrable del texto. En mi opinión, es una novela verdaderamente visionaria, del tipo que me encanta leer y me encantaría poder escribir, pero de nuevo, no es para todos.


THE CHEMISTRY OF TEARS de Peter Carey es un libro que a la mejor voló bajo el radar de mucha gente, pero es una pequeña joya. He leído que algunos lo han comparado con CLOUD ATLAS, pero en realidad a mí me recordó más a THE INVENTION OF HUGO CABRET de Brian Selznick. Quizá también a POSSESSION de A.S. Byatt, en todo caso. El libro no maneja la prosa lirica, casi poética de Delany, ni intenta los trucos pirotécnicos del de Stross & Doctorow. Con un lenguaje relativamente sencillo narra una historia relativamente simple. O por lo menos eso parece… La trama trata sobre una joven mujer que trabaja en un museo en el presente y cuyo amante acaba de morir. Para intentar olvidar la depresión casi suicida que siente, se dedica por completo a su trabajo con una obsesión casi patológica. Cuando el museo adquiere las notas y cuadernos de un inventor obscuro del siglo XIX, ella debe reconstruir el autómata mecánico descrito en las mismas. Los cuadernos, por supuesto, forman una historia paralela que la fascinan de la misma manera que fascinan a nosotros los lectores. Las obsesiones, la soledad y el amor perdido son condiciones tan verdaderas hoy en día como hace 200 años…


Imposible no mencionar a la 2312 de Kim Stanley Robinson. Ésta de hecho también la mencioné ya en el blog, y si quieren leer mas sobre ella hagan clic sobre el nombre del autor. La vuelvo a recomendar, sin embargo, porque tengo la ligera sospecha que va a aparecer entre las finalistas del Nebula (ciertamente del Hugo) el año que viene. Es el tipo de novelas que le gustan a todos. Como expliqué en la postal de hace unos meses, a mí también me gustó, pero no tanto como me dijeron que iba a suceder. Léanla, y juzguen por sí mismos. La siguiente elección, mi última por hoy, es THE FRACTAL PRINCE de Hannu Rajaniemi, otra que también ya mencioné (apenas la semana pasada, de hecho). Ahora que ya la acabé de leer les puedo reiterar que es aun mejor de lo que yo esperaba. Saturada de ideas insólitas y endiabladamente complicada, es (de nuevo) el tipo de novelas que me recuerda por qué leo CF.



Solo para terminar, me gustaría dar “mención honorifica” a BLUEPRINTS OF THE AFTERLIFE de Ryan Boudinot; a EXPEDITION TO THE MOUNTAINS OF THE MOON de Mark Hodder (ya hablé de los dos primeros libros de la serie aquí); a IN THE MOUTH OF THE WHALE de Paul J. McAuley (la más reciente entrega de su siempre fascinante serie sobre la “Quiet War”); a SACRÉ BLEU de Christopher Moore; a TURING & BURROUGHS de Rudy Rucker; a KINGDOM COME, la última novela que escribió el maestro J.G. Ballard (y que, como siempre, es imposible de clasificar); a HIDE ME AMONG THE GRAVES de Tim Powers, que sirve como una especie de continuación de su ya clásica THE STRESS OF HER REGARD de hace 20 años; a UNHOLY NIGHT de Seth Grahame-Smith; a THE PROVIDENCE RIDERS de Robert McCammon; a EMPTY SPACE de M. John Harrison, y así podría seguir un buen rato...


Una cosa que me queda claro es que con la realineación editorial de años recientes, con compañías comprando o fusionándose entre sí (cuyo resultado es que ahora solo existen seis grandes editoriales en todos los Estados Unidos y nada más), es que las grandes casas ya solo apuestan a lo seguro, y si uno se quiere alejarse de sus gustos conservadores hay que buscar y escarbar entre las pequeñas editoriales independientes, como Angry Robot, o Night Shade, o Monkey Brain, o Solaris (que además producen libros muy bonitos) donde uno todavía puede encontrar a escritores experimentando con las ideas más descabelladas (y seamos honestos, ¿para qué leemos literatura fantástica si no es para compartir ideas y conceptos descabellados?). Libros que las grandes casas quizá no publicarían nunca debido a lo absurda de sus premisas. Novelas como THE GREAT GAME de Lavie Tidhar, WHAT OUR EYES HAVE WITNESSED de Stant Litore (todos los libros de esta serie, una especie de recreación de los mitos bíblicos, solo que con zombies, han sido muy buenos), LIVE & LET DROOD de Simón R. Green, JACK GLASS de Adam Roberts, etcétera etcétera. Como se pueden dar cuenta, lo que falta es tiempo, no buenos libros.

sábado, 1 de diciembre de 2012

HANNU RAJANIEMI, EL ESCRITOR CUÁNTICO

El año pasado, casi cuando iniciaba el blog, comenté sobre una novela de un escritor primerizo llamada THE QUANTUM THIEF que me gustó muchísimo. Repleta de ideas, (casi demasiadas) en cada página, era el tipo de novela que demostraba por qué la Ciencia-Ficción sigue siendo mi género favorito. Afortunadamente, en uno de esos casos donde mi opinión coincidió con las de la mayoría, fue nombrada como una de las mejores novelas de todo el 2010, aunque a fin de cuentas no acabó ganando ningún premio. Su autor, Hannu Rajaniemi, de origen finlandés, nos recordó que en años recientes ya no son solo los gringos o los angloparlantes los que le enseñan el camino al resto del mundo (aunque el hecho de no ser gringo, o por lo menos británico, seguramente no lo ayudó a la hora de los premios, desgraciadamente).


Como casi todas las grandes novelas, la historia en THE QUANTUM THIEF estaba completa dentro de sus páginas (apenas 300, por cierto, como novela de los años 70s), con todos los muchos, muchísimos, cabos sueltos amarrados al final, y no necesitaba de continuación alguna. Como casi todas las grandes novelas, sin embargo, los lectores se quedaron con ganas de una secuela. Todo esto lo mencionó porque apenas la semana pasada Rajaniemi finalmente se animó a publicar su segunda novela, THE FRACTAL PRINCE, que nos ofrece otra aventura del legendario Jean le Flambeur, el ladrón cuántico.


Asumo que Rajaniemi pretendía basar a su protagonista en el famoso Arsène Lupin, de las novelas de Maurice Leblanc de hace casi un siglo, pero acabó recordándome al ya famoso Locke Lamora, el antihéroe de las novelas de Scott Lynch de años recientes. Esas novelas son más bien de Fantasía, por supuesto, pero en lo bien realizado que están ambos mundos y los personajes, y en lo endiabladamente complicadas de ambas tramas es donde veo el parecido. (Imposible dejar de mencionar que ese es en realidad un mal precedente, ya que la brillante THE LIES OF LOCKE LAMORA fue seguida por una secuela bastante decepcionante. Las expectativas habían sido elevadas demasiado, hasta niveles imposibles. La tercera, cuando la gente ya no esperaba tanto, resultó algo mejor, aun si la verdad tampoco logró recapturar la maravilla de la primera novela)


Afortunadamente, les puedo decir que mis temores resultaron infundados, pues THE FRACTAL PRINCE es un libro extraordinario. Una de las pocas críticas de THE QUANTUM THIEF fue que era demasiado complicada. La historia empezaba a la mitad y jamás se detenía a tomar aire o a explicar absolutamente nada. La novela era de CF Dura (aunque escrita con una prosa barroca), y tampoco hacia muchas concesiones para gente que quizá no estaba familiarizada con los últimos avances en las ciencias. Los términos científicos y neologismos inventados, una verdadera avalancha de ambos, había que descifrarlos a partir del contexto mientras uno seguía corriendo tras la trama. Hubo un crítico que famosamente escribió que si tan solo hubiera habido un índice o glosario al final, la habría calificado como la mejor novela del año, pero como no fue el caso, admitía que no estaba seguro de haber entendido lo que acababa de leer.


En mi opinión, esta nueva novela es todavía más exigente para con los lectores. En lo personal, ese es precisamente el tipo de historias que me gusta leer, donde el escritor no detiene la trama solo para ofrecer info-dumps incómodos para explicar lo que está sucediendo (como Umberto Eco alguna vez escribió, Salgari era uno de los peores ejemplos de esto. A mitad de una persecución en la jungla, la historia se detenía para darnos una lección de botánica), sino que asume que el lector está dispuesto a hacer el esfuerzo de pensar por sí mismo en vez de aceptar comida pre-masticada. Habiendo dicho esto, por supuesto entiendo que ese no es el caso de todos. Algunos se sientan a leer una historia para relajarse y olvidarse de los problemas del día, no para poner a trabajar su cerebro horas extras, lo cual también es perfectamente válido, asumo. Con esa ligera advertencia, entonces, los dejo. Si les gusta el tipo de novelas descarriadas que demandan mucho de ustedes, esta es una excelente recomendación. De lo contrario ¡Caveat emptor!

martes, 13 de noviembre de 2012

LA CIENCIA-FICCIÓN Y PLAYBOY

Un amigo me comentó ayer que estaba leyendo THE PLAYBOY BOOK OF SCIENCE FICTION, y confieso que los gratos recuerdos me obligaron a escribir la postal del día de hoy. Todos conocemos el viejo chiste del pervertido que dice comprar la revista PLAYBOY solo “por los artículos”, pero de hecho, hubo una época en que los artículos sí que valían la pena. Las entrevistas, por ejemplo, no eran las tonterías superficiales de hoy en día, sino conversaciones verdaderamente profundas de 12 o 15 páginas, y no con una de las Kardashian sino con gente como David Bowie, Marlon Brando, Bob Dylan, Roman Polanski, Muhammad Ali, etcétera. Como Chester Brown en YUMMY FUR, uno se masturbaba con las fotos por pura costumbre. Lo bueno era lo demás.



En cierta manera, la Ciencia-Ficción fue de los últimos géneros literarios en incluir al sexo entre sus páginas. La literatura del futuro y sobre el futuro estaba algo atrasada en la vida real, desgraciadamente. Había pocas escritoras mujeres y los hombres parecían no saber mucho sobre el tema. Los mismos editores se negaban a permitir escenas sexuales pues la consideraban literatura para niños, y los críticos la consideraban infantil pues no lidiaba con el sexo o las relaciones entre parejas de una manera madura. Fue solo hasta la década de los años 50s cuando escritores como Philip José Farmer, Ted Sturgeon y Fredric Brown se atrevieron a romper este tabú casi adolescente. (Heinlein y sus novelas revolucionarias de los años 60s únicamente continuaron la tendencia). Precisamente, un lugar donde este tipo “subversivo” de CF era aceptado, hasta bienvenido, eran las revistas para caballeros, como CAVALIER o DUDE o ROGUE. De hecho, varios autores de CF (digamos Harlan Ellison o Robert Shea) laboraron como editores de este tipo de publicaciones en más de una ocasión para poder pagar su renta. Varios de los cuentos más famosos en la historia del género aparecieron por primera vez no en revistas con cohetes espaciales en sus portadas sino en las revistas para caballeros. Huelga decir que la mejor y más famosa de todas estas revistas era, y es, PLAYBOY.


Igual que los artículos periodísticos en PLAYBOY eran de una manufactura superior, los cuentos que aparecían en la revista no eran cualquier cosa. Para empezar, quizá mucha gente no esté enterada que PLAYBOY es el mercado profesional para cuentos más lucrativo en todo el mundo. No el NEW YORKER, no el ATLANTIC MONTHLY. Un solo cuento en PLAYBOY, de la extensión que sea, te gana un chequecito de cinco mil dólares (un cuento corto en ASIMOV’S, por ejemplo, te gana en promedio unos 400 dólares). Por esta razón, entre otras, no publican a quien sea. Nombres como Ray Bradbury, Harlan Ellison, Kurt Vonnegut, y Ursula K. Le Guin fueron de los pocos que lograron entrar a este selecto y exclusivo panteón, al lado de ganadores del Nobel como Doris Lessing, ni más ni menos. Inevitablemente, una colección de “lo mejor” de PLAYBOY es casi por definición una extraordinaria colección.

De hecho, la única desventaja de este libro en particular es que justamente los cuentos son tan bien conocidos que un lector de largo colmillo de la CF va a encontrar muy poco que no haya leído previamente. Empezamos, por ejemplo, con “Lost City of Mars” de Bradbury, (que curiosamente no aparece en THE MARTIAN CHRONICLES, pero se puede encontrar en I SING THE BODY ELECTRIC), donde navegamos por los canales de Marte hasta encontrar una ciudad olvidada por el tiempo. “Welcome to the Monkey House” es quizá el relato más famoso de Vonnegut. Quizá no el mejor, pero uno que definitivamente representa la década de los 60s a la perfección, e indirectamente la actitud ante el sexo de PLAYBOY. (Inevitable mencionar, supongo, que muchas feministas detestan este cuento). Igualmente, asumo que todos están familiarizados de sobra con el “Nine Lives” de la señora Le Guin, quizá el mejor relato de toda la colección. Algunos recordaran que cuando publicaron el cuento en 1969, lo hicieron bajo el nombre de U.K. Le Guin, no fuera a ser que los lectores se asustaran por una mujer autora. (Vean la “Nota Biográfica” que escribió para la revista en la imagen de abajo). Supongo que es innecesario también dar una sinopsis de “The Word Processor” de Stephen King, que tiene una de esas premisas que todos conocen de memoria, aun cuando nunca lo han leído.




Relatos ligeramente menos conocidos quizá sean el de “Gianni” de Robert Silverberg (Silverberg es de los pocos que han logrado publicar cuentos en PLAYBOY en múltiples ocasiones y, personalmente, yo habría preferido quizá “The Pardoner’s Tale”, pero en fin… ). Otro relato de viajes en el tiempo es el de Larry Niven, “Leviathan”, parte de su serie de aventuras sobre el burócrata Svetz (el protagonista de THE FLIGHT OF THE HORSE). Prefiero el de Silverberg, la verdad. “Frozen Journey” de Philip K Dick es, por alguna razón, uno de sus cuentos olvidados. Me sorprende que no hayan hecho una película del mismo. Una agradable sorpresa es “Transit of Earth” de Arthur C. Clarke quien nunca se caracterizó por una prosa muy poética, pero que sin embargo nos ofrece aquí uno de los relatos más conmovedores de todo el libro. “The Dead Astronauts” de J.G. Ballard juega con sus viejas obsesiones de siempre (como el titulo nos alerta), pero de alguna forma logra que parezca nuevo. Como de costumbre, Ballard es un maestro en las relaciones entre hombres y mujeres, aun si a veces son enfermizas. George Alec Effinger, por su parte, nos ofrece otro de sus retratos instantáneos del futuro cercano (desde el punto de vista de una estrella pornográfica virtual, en esta ocasión) en “Slow, Slow Burn”. Supongo que el relato más erótico de la colección (más o menos, necesitan leerlo) sería el último, “An Office Romance” de Terry Bisson, mientras que Robert Sheckley contribuye uno de los más extraños con su “Can You Feel Anything When I Do This?”, aunque se queda corto al lado del siempre idiosincrático Howard Waldrop y su “Heirs of the Perisphere” y el “Sen Yen Babbo & the Heavely Host” de Chet Williamson. Material, todo, que vale la pena ser leído, en el improbable caso que no lo hayan hecho todavía.


Esta es de hecho la segunda antología de material de literatura fantástica en PLAYBOY. En 1966, cuando la revista era todavía considerada un verdadero escándalo social, sacaron otra (con el mismo título) que también tenía material bastante atractivo. Por su antigüedad ahora son cuentos menos conocidos, como “The Fly” de George Langelaan (de donde sacaron la película), o “The Crooked Man” de Charles Beaumont, veterano de la TWILIGHT ZONE, o Arthur C. Clarke y su “I Remember Babylon”, así como material selecto de Sturgeon, Pohl, Sheckley, y William Tenn. Hoy en día ese libro se ha convertido en un verdadero objeto de coleccionistas, y es casi imposible conseguirlo a menos que uno esté dispuesto a pagar exorbitantes cantidades de dinero. En el futuro cercano, ésta colección de los 90s quizá se convierta tan difícil de conseguir como aquella de los 60s.

lunes, 5 de noviembre de 2012

¡NO SE OLVIDEN DE ANALOG!

Después de la reseña del número especial de ASIMOV’S de hace un par de días, mi plan era el de continuar esta semana de postales semi-diarias en el blog con un pequeño reporte del número doble de fin de año de la revista F&SF, pero Miguel Ángel Fernández me recordó atinadamente que en los casi dos años de existencia que tiene el blog nunca he hablado sobre la otra revista grande en el mercado profesional de la Ciencia-Ficción, así que en vez de eso hoy dirijo mi completa atención a la venerable ANALOG, revista injustamente olvidada en nuestro país en años recientes. (Eso, y además el numerito este de F&SF no me acabó de convencer, la verdad)


ANALOG, por supuesto, solía ser la revista ASTOUNDING, la legendaria publicación que John W. Campbell editó durante más de 30 años y que le dio forma al género de la CF como lo conocemos en el siglo XX. Todos los que fueron alguien empezaron ahí, desde Asimov hasta Heinlein hasta Clarke, pasando por Theodore Sturgeon y Lester Del Rey, etcétera, etcétera. Todos los relatos originales de la serie de la “Fundación” de Asimov aparecieron por primera vez en ASTOUNDING, así como 8 de los 9 cuentos que forman la colección de I, ROBOT. Hoy por hoy es la publicación más antigua de CF que todavía mantiene una publicación ininterrumpida (revistas como AMAZING STORIES y WEIRD TALES eran más antiguas, pero tristemente ya no están con nosotros). Poco después de la muerte de Campbell en 1971, la revista se inclinó cada vez más y más hacia la CF Dura, a diferencia de otras como F&SF o GALAXY, que preferían relatos de corte más literario como los de Philip K. Dick o Roger Zelazny. Por esa razón mucha gente se empezó a alejar, pero al mismo tiempo mantuvo un cierto lugar especial al ser la única revista de CF Dura en el mercado. Hay que respetar a alguien que nada contra la corriente y las modas. Asimismo habría que recordar que continuó siendo el lugar donde futuros autores de renombre hicieron su primera venta, aun después del fallecimiento de Campbell. Gente como Orson Scott Card, Greg Bear, y Joe Haldeman en los años 70s (en mi opinión, ANALOG era la mejor revista en esa década, bajo la mano de Ben Bova, aunque es mejor conocido como escritor que como editor), y Timothy Zahn en los 80s.

Como dije, ANALOG se ha ganado la fama de ser una revista más interesada en las tuercas y tornillos de las naves espaciales que en la sicología detrás de los personajes. Una revista de ingenieros para ingenieros, vaya. Esto no siempre logra los mejores relatos. Aun así, de vez en cuando publican alguna joyita que no estaría fuera de lugar en publicaciones más literarias como ASIMOV’S o F&SF. La revista ANALOG también publica números especiales dobles, pero lo hacen a principio de año y, por alguna razón, a la mitad, así que voy a platicar sobre el más reciente, el especial de Julio/Agosto, que trae un par de novelas cortas bastante buenas.


Empezamos con “Nightfall on the Peak of Eternal Light” (un titulo bastante más poético de lo que acostumbra esta revista) de William Gleason y Richard Lovett, donde seguimos a un beneficiario del Programa de Protección a Testigos que inicia una nueva vida bajo una nueva identidad en la Luna. Nuestro protagonista no es una perita en dulce, por algo está en el Programa, y aparte de un deseo casi romántico de ir a la Luna, no tiene muchas habilidades que le puedan ser útiles al resto de la colonia. Sin otro recurso, debe ganarse la vida buscando los tipos de empleo que no muchos quieren hacer, acabando en una estación en el ecuador lunar, uno de los pocos lugares donde siempre es de día. Por supuesto, hay alguien tras su pista, y un emocionante relato de suspenso se desarrolla mientras el asesino sigue a nuestro protagonista y la policía persigue al asesino, todo ocurriendo bajo condiciones lunares bastante realistas. No esperen una película de Michael Bay con rayos laser y explosiones, sino más bien una de Kubrick, si saben a lo que me refiero.


A continuación viene “Conquest of the Air” de Rob Chilson, una historia bastante bien lograda en un mundo acuático, donde el protagonista es el encargado de una operación minera a escala global y debe enfrentar presupuestos y demandas imposibles por parte de la corporación que lo patrocina. La parte más atractiva de la historia viene en una narración paralela (como cuento de extraterrestres de Hal Clement o Stephen Baxter), donde conocemos a los nativos de este mundo de océanos, que siempre han soñado con “swimming the air”. Reportes de burbujas de aire sobre la superficie parecen indicar que este sueño está muy cerca de hacerse realidad… hasta que descubren quiénes son. La tecnología y cultura de esta sociedad alienígena esta obviamente muy bien pensada. Siempre es un placer leer algo en lo que un escritor trabajó y sudó durante horas y días, y no solo se lo inventó en el mero momento.

Un manojo de cuentos más pequeños completan el número, entre ellos el de “Red Rover, Red Rover” de Howard Hendrix, que involucra a un perro inteligente, la mascota de un multimillonario, en camino a Marte y los extraños sueños que sufre durante el viaje. Interesantemente hay un segundo relato que involucra también a otro perro parlante, “Zeitgeist, Inc” de Carl Frederick, así como un segundo cuento que también involucra a seres acuáticos, “The Song of Uullioll(en este caso a cetáceos). Jamás había escuchado de ninguno de estos dos escritores, confieso, pero los resultados fueron mejores de lo que esperaba.

En resumen, no les voy a decir que les conviene salir corriendo a comprar una suscripción a ANALOG, como usualmente hago con ASIMOV’S y/o F&SF. Es quizá demasiado especializada, demasiado enterrada dentro de su propio nicho, como esas revistas que solo se dedican a historias sobre asesinos seriales y nada más. Ciertamente no es para todos. Pero es imposible ignorarla por completo, y de cualquier forma es innegable, al acercarse a casi un siglo de publicación continua, que debemos hacer reverencia y quitarnos el sombrero.

jueves, 1 de noviembre de 2012

¡NÚMERO ESPECIAL DE FIN DE AÑO DE ASIMOV’S!

Quiero agradecer a todos los que me han mandado mensajes, o me lo han dicho a mi cara, preguntándome porqué ya no escribo tanto en el blog. Nada mejor para un escritor que recibir un poco de feedback positivo. Por eso mismo, he decidido dejar de postear tanto en Facebook y mejor escribir una entrada diaria en el blog durante esta semana. Como de cualquier manera ahorita estoy leyendo el número más reciente de ASIMOV’S que me llegó, no se me ocurre mejor manera de comenzar el experimento. La revista divide opiniones, como siempre, pero algo que nadie está dispuesto a negar es el hecho que continua siendo la mejor revista de Ciencia-Ficción en el mercado profesional hoy por hoy. El numero más sobresaliente del año usualmente es el especial doble de Octubre/Noviembre, por casualidad el que tengo en mis manos en este momento, que incluye hasta dos novelas cortas dentro de sus páginas, un manojo de cuentos largos y otro tanto número igual de cuentos cortos. Es de hecho una de las mejores antologías de todo el año de cualquier editorial. Este año no es la excepción.



Comenzamos con la novela corta “The Stars Do Not Lie” de Jay Lake, un escritor cuyo nombre ha crecido mucho en años recientes (aunque por supuesto es virtualmente desconocido aquí en nuestro país). A Lake yo lo recuerdo bien por su trilogía sobre la City Imperishable, fantasía de corte muy barroco, y sobre todo por su serie de cuentos y novelas en el Mainspring Universe donde, cansado de la etiqueta de “Steampunk” que todos le querían aplicar a la fuerza, sencillamente acuñó el término “Clockpunk” e inicio un subgénero por sí solo. En esta ocasión nos ofrece una fascinante historia en un mundo paralelo al nuestro, idéntico en tantísimos detalles y completamente alieno en otros. En este mundo es una creencia aceptada que el Hombre tiene 6000 años de antigüedad y ni uno más, como insisten los fanáticos religiosos de nuestro propio mundo, los Creacionistas, e intentar discutir el punto solo trae problemas. Para la desgracia de nuestro protagonista y su (quizá ingenua) búsqueda científica de la Verdad, descubre una nave espacial en los límites del sistema solar con su telescopio, lo cual es toda la evidencia que ciertos herejes necesitan para alimentar su idea de que el Hombre tiene 6000 años en la Tierra... porque fue entonces cuando llegó de las estrellas. Poco después averiguamos que esta situación no es completamente desconocida para la Iglesia, y una carrera en naves voladoras de vapor a una isla con un secreto prohibido se inicia. Es, pues, una extraña mezcla de eruditos debates teológicos y una historia de aventuras. ¿Qué más quieren de la vida, señores? Como muchos de los relatos de Lake, está repleta de tantas ideas que el lector se queda con ganas de que ojala hubiera escrito mejor toda una novela. (O en el caso contrario, que no hubiera incluido tantas ideas, algunas de las cuales, por entretenidas que sean, en realidad no mueven la trama)

Mejor aun es la otra novela corta, “The Mongolian Book of the Dead” de Alan Smale, autor del que admito he leído muy poco. Cien años en nuestro futuro, China invade a Mongolia, país donde nuestro pobre protagonista andaba de visita. Un pequeño grupo de guerrilleros lo secuestran y se lo llevan con una shaman con el extraño propósito de invocar ayuda del pasado legendario, incluyendo al gran Khan en persona. No todos están de acuerdo que esto sea buena idea, entre ellos la hermana de la shaman. Es obvio que el autor está trazando más de un paralelo con la invasión de Tíbet hace más de medio siglo, y nos ofrece una visión de lo que pudo ser. Lo maravilloso aquí es la manera en que la novelita logra recrear la geografía, la cultura cotidiana y sobre todo la historia de este país tan poco conocido aun en  nuestros días (¿cuántos libros o películas o comics o series de TV conocen que ocurran en Mongolia?) con una prosa lirica que, sin embargo, no parece forzada o artificial. Muchos escritores en México podrían aprender.


Relatos de literatura fantástica que ocurren dentro de la antigua Unión Soviética se han convertido, en años recientes, en el dominio exclusivo de Ekaterina Sedia, ya sea en novelas como THE SECRET HISTORY OF MOSCOW, o THE ALCHEMY OF STONE,  o la muy reciente HEART OF IRON. Aquí con “A Handsome Fellow” nos lleva de vuelta al brutal sitio de 900 días de Leningrado durante la Segunda Guerra Mundial por parte de los ejércitos alemanes. Como en la novela corta anterior, el principal atractivo aquí es la manera de recrear un lugar y un tiempo especifico. Svetlana y su familia se están muriendo de hambre poco a poco. Rumores de caníbales, verdaderos o imaginados como los legendarios upyri, abundan en cada casa de la asediada ciudad. Un buen día, un muchacho no tan mal parecido que vive al lado decide acompañarla a buscar algo de comer en los peligrosos mercados negros, y es el inicio de una extraña relación. Por un momento temí que esto fuera a ser una especie de FIENDS OF THE EASTERN FRONT (o en todo caso una variación más como 30 DAYS OF NIGHT: RED SNOW), pero afortunadamente, la señora Sedia conoce su oficio mejor que eso. Aun así, la premisa no es la más original; el chiste reside en la manera de contarla.

Nuestro viejo conocido, Paul McAuley, nos ofrece el cuento “Antarctica Starts Here” que me recordó más bien al Kim Stanley Robinson de años recientes, y no solo por la locación. Nuestro narrador maneja un negocio para turistas que vienen a visitar lo que sobrevive del continente gélido después que el calentamiento global lo ha mermado severamente. Su mejor amigo, y quizá el personaje más interesante de la historia, sueña con los días ya desaparecidos de aventura y gloria en este continente, y está dispuesto a ir muy lejos, quizá demasiado, para recuperarlos. El autor espolvorea algunos elementos de CF en el relato, casi por obligación parecería, que no son necesarios para que éste funcione. La verdad, prefiero al McAuley visionario, cuando escribe historias que ocurren a distancias imposibles como el año Un Millón, donde se puede dar el lujo de desatar a su descarriada imaginación, pero no está malo el cuento.


El único otro que me encantó fue el de Eugene Mirabelli. Su melancólica “This Hologram World” me recuerda mucho aquellos conmovedores cuentos que Ian MacLeod escribía al principio de los 90s, como “Starship Day”, o “The Summer Isles”, o “New Light on the Drake Equation”, o “Isabel of the Fall”, o… Podría continuar todo el día (MacLeod aparecía todos los años en las antologías de Dozois, a veces con más de un relato por año). En esta ocasión, un físico debe aprender a lidiar con el mundo y la realidad que lo rodea después de la muerte de su esposa, quien además era el amor de toda su vida desde la infancia. Literalmente es incapaz de vivir sin su presencia a su lado. Ambos eran ateos, así que ni el dudoso alivio de una existencia después de la muerte le queda de ella. Su único otro amor son las matemáticas, y es precisamente su obsesión con los hoyos negros, la teoría de cuerdas y la entropía de la información la que le ofrece una posible, aunque amarga, solución... si está dispuesta a aceptarla. A diferencia del relato de McAuley, los elementos de CF no están aquí solo de adorno, sino que tienen una razón de ser muy específica, y efectivamente el cuento no funcionaría sin ellos. No es tan fácil lograr esto, pero tampoco es sorprendente hallar esta habilidad en este autor. Recordemos que Mirabelli es el mismo escritor de la monumental novela THE LANGUAGES NOBODY SPEAKS, que más que CF fue comparada por más de un crítico con la obra de Milán Kundera.

Quizá también recomendaría yo “The Ghost Factory”, sobre un hombre que vive en las ruinas del hospital donde solía trabajar, junto con los fantasmas de todos sus antiguos pacientes, en particular una muchacha (claro). Es un relato triste, cuya inevitable conclusión es que todo el mundo es, en realidad, una fábrica de fantasmas.

Como de costumbre, les recomiendo que se consigan una suscripción a esta revista (entre otras) no en el futuro cercano o en una semana o dos, sino ya. El número doble de Octubre/Noviembre es el lugar ideal para enamorarse de esta revista. No se van a arrepentir.

lunes, 15 de octubre de 2012

LA CULTURA DE LA SPACE OPERA


La discusión de hoy en la tarde en el muro de Clement en Facebook sobre la Ciencia-Ficción Dura me hizo recordar el subgénero bastante reciente de la “New Space Opera”, que pretende rescatar el tipo de aventuras descabelladas de los años 30s, solo que actualizadas con ciencia de verdad. La space opera nunca ha sido un tipo de relatos muy bien visto, aun por los mismos lectores de CF que tienden a subestimarlo como meras historias de aventuras juveniles y nada más. Sin embargo, es raro el caso de algún autor (por famoso que sea) que no haya intentado escribir por lo menos una, muchas veces con sobresalientes resultados. ¿Cómo olvidar, por ejemplo, THE STARS MY DESTINATION de Alfred Bester en los años 50s?  Ya en los años 60s, escritores tan respetados como el maestro Samuel R. Delany elevaron este tipo de historias hasta niveles literarios insospechados con la maravillosa NOVA de 1968, no solo usando una prosa de un lirismo bellísimo, sino apelando además a los arquetipos míticos del genero y mezclándolo todo con el Tarot, el Santo Grial y cuanto más se le ocurrió. En los 70s, década inmediatamente posterior a los aterrizajes en la Luna, la década de la NASA, la Ciencia-Ficción Dura volvió a ponerse de moda y escritores como M. John Harrison nos ofrecieron THE CENTAURI DEVICE. Es con esta última novela que las semillas de la New Space Opera son plantados, con emocionantes aventuras que al mismo tiempo logran esposar una narrativa literaria que no le pide nada a nadie y los aspectos científicos más realistas.


Todo esto lo menciono porque la semana pasada muy casualmente salió THE HYDROGEN SONATA, la última novela en la secuencia de “La Cultura” de Iain M. Banks. La novela celebra el 25 aniversario de la aparición del primer libro en la serie, CONSIDER PHLEBAS (1987), así que se me hizo la excusa perfecta para platicar sobre un escritor y su obra desgraciadamente no muy bien conocidos dentro de nuestro país. Banks es un caso muy particular. Bajo el nombre de Iain Banks, escribe novelas de tipo mainstream de mucho éxito no solo de critica sino hasta en ventas (la mejor, en mi humilde opinión, fue la primera, la controversial THE WASP FACTORY. No esperen que salga la película. Nunca la van a filmar). Al mismo tiempo, bajo el nombre de Iain M. Banks, escribe novelas de CF. Podrá sonar como una tontería, pero al señor le ha funcionado el sistema durante ya casi 30 años. Es bien sabido que las grandes casas editoriales anglosajonas nunca están muy seguras cómo vender a autores que escriben en más de un género. Necesitan encasillar a sus escritores para saber en qué anaquel de la librería colocar sus libros. Con el simple hecho de añadir una letra intermedia a su nombre, Banks ha logrado saltarse todo este problema.


Además de las novelas sobre La Cultura, Banks ha escrito otros libros de CF, como el sorprendente FEERSUM ENDJINN, cuyo título ya les avisa que es positivamente Joyceano (o negativamente Joyceano, si prefieren), pero es por la serie de La Cultura que es famoso. La Cultura es, a grandes rasgos, una especie de utopía tecnológica (en contra del pesimismo tan de moda, sobre todo en escritores de CF de México), una colosal y benéfica civilización galáctica, controlada por Inteligencias Artificiales y donde la humanidad ya no tiene necesidades materiales. Esta sociedad es tan perfecta, tan poderosa, que la única manera de lograr que sus novelas fueran interesantes era fijándose precisamente en aquellos individuos que se oponen a La Cultura, o que en todo caso viven en los meros límites de La Cultura, los espías y mercenarios cuya labor es la de interactuar con otras sociedades, y que hacen el “trabajo sucio” de La Cultura para lograr que estas sociedades se parezcan más y más al ideal aceptado de La Cultura y poder ser asimiladas, aun si no lo desean y muchas veces por la fuerza. Como pueden apreciar La Cultura no es exactamente lo que los gringos llamarían una sociedad completamente “benévola”. Imagínense a la timorata Federación de STAR TREK, solo que sin la Prime Directive, vaya. No es tan sorprendente que estas novelas no tengan tanto éxito en Estados Unidos, donde les gustan sus chicos buenos vestidos de blanco y los malos de negro.


A pesar de ocurrir todas en el mismo universo, cada novela narra una historia distinta, con personajes distintos, así que se pueden leer en el orden que quieran. No hay que leer las nueve novelas previas para entender esta, no se preocupen. De hecho, yo personalmente no las leería todas. Inevitablemente, algunas son mejores que otras. Yo recomendaría quizá USE OF WEAPONS, que probablemente es una de las Cinco Mejores Novelas de CF que he leído en toda mi vida, punto. No puedo explicar porqué sin echarles a perder la sorpresa. Una que le gusta a casi todo mundo (a mi no tanto, la verdad) fue la de THE PLAYER OF GAMES. Sospecho que la razón de su popularidad es precisamente que es todo lo que USE OF WEAPONS no es. Es decir, se trata de una historia normal contada de manera lineal, con pocas sorpresas en el camino. No tiene absolutamente nada de malo, pero confieso que después de leer tantos libros, prefiero un tipo de novelas más experimentales (como USE OF WEAPONS) para hacerlas más memorables en mi cabeza.


Como buenas space operas, manejan números y cifras descomunales. En parte ese es su atractivo, claro, logrando inspirar ese tan escurridizo “sense of wonder”. En EXCESSION, por ejemplo, un hombre debe resolver el misterio de la súbita aparición de un objeto 50 veces más viejo que todo el Universo. Para lograrlo debe robar el alma de una mujer que murió hace casi medio siglo, la única persona que sabe lo que está pasando en realidad. En LOOK TO WINDWARD (el título también viene de los versos de T.S. Eliot, al igual que CONSIDER PHLEBAS), las estrellas mismas son convertidas en armamento militar. La imaginación de Banks es verdaderamente prodigiosa, y maneja el lenguaje con la misma habilidad que utiliza en sus novelas donde no usa la mentada letra intermedia. Si nunca lo han leído, se los recomiendo mucho. Yo personalmente empezaría con USE OF WEAPONS y luego quizá CONSIDER PHLEBAS, pero como mencióné arriba, se pueden leer en el orden que sea. A lo largo de los años me he encontrado a mucha gente por toda Latinoamérica que me dice que han escuchado de La Cultura y estos libros en especifico, pero que nunca han podido leerlos. Vale la pena el esfuerzo de buscarlos.