jueves, 29 de marzo de 2012

LITERATURA REALISTA... DE FANTASMAS!

La semana pasada una amiga me preguntó, entre curiosa y decepcionada, si yo únicamente leía "libros de género". La pregunta no era malintencionada, por lo menos eso quiero creer, pero ya imaginaran mi reacción. No es la primera vez que me quejo de esto, por supuesto. En el blog o en la vida real. Supongo que es hora de simplemente aceptar que la mayoría nunca lo va a entender. Lo veo en las caras de personas que me acaban de presentar, cuando se enteran que "leo mucho" y me preguntan al respecto. Inmediatamente, después que explico que estoy leyendo (casi con toda seguridad) alguna novela de ciencia-ficción, se me quedan viendo como si estuviera bromeando. A continuación alguien intenta cambiar el tema incómodamente…

Supongo que si les digo a estas personas que soy lector de novelitas de suspenso, podría mencionar que estoy leyendo a Dostoievski o a Henry James, o quizá un thriller de Dickens, y se tendrían que callar la boca. Si admito que me gusta el Horror aparentemente debo decir que me gusta Poe, en vez de molestarme en explicar quién era Lovecraft. Si confieso que soy fan de las aventuras hay que mencionar el nombre de Dumas, en vez de a Robert E. Howard. ¿Misterios? Soltar el nombre de Umberto Eco, y no el de Max Allan Collins.


Lo que nos lleva, algo indirectamente, al punto contrario. Es decir, esos escritores consentidos de la crítica y adorados por los pseudo-intelectuales de todas partes, que de vez en cuando si logran escribir historias tan buenas como las de cualquier autor de género. Si les gustan los relatos de espada y hechicería de Fritz Leiber (¿y a quién no le gustan?), por ejemplo, les va a encantar la novela de GENTLEMEN OF THE ROAD de Michael Chabon, quien probablemente no tiene que preocuparse en competir por Hugos y Nebulas cuando ya hasta un Pulitzer tiene en sus vitrinas. Mi libro de esta semana, y la razón de todo esto, fue WHITE IS FOR WITCHING de Helen Oyeyemi, a quien mucha gente ya la ha comparado con Toni Morrison, ganadora ya no solo del Pulitzer sino hasta del Nobel en literatura (que personalmente a mi no me agrada tanto, les confieso). Interesantemente, WHITE IS FOR WITCHING es sobre fantasmas y casas embrujadas. Por alguna razón, los fantasmas parecen ser más aceptados por los intelectuales que los vampiros u hombres lobo. Solo hay que recordar EL JUEGO DEL ÁNGEL de Carlos Ruiz Zafón.


Helen Oyeyemi, nacida en Nigeria y educada en Inglaterra, explotó en la escena literaria apenas en el 2005 con su THE ICARUS GIRL (sorprendente novela sobre una joven muchacha que ama los haikus y a Shakespeare, que escribe en los márgenes de sus novelas favoritas para "mejorar los finales", de madre nigeriana y padre ingles y que no pertenece a ninguno de los dos mundos… y su amiga imaginaria, por cierto, que discretamente jalaba a la novela a nuestro pequeño gueto de lo fantástico), que acabó ganando quién sabe cuántos premios de crítica internacional. Lo que no era tan conocido es que ella tenía 22 años de edad cuando se publicó (y aparentemente solo tenía 18 cuando lo escribió). Su segunda novela, THE OPPOSITE HOUSE, salió un par de años después y demostró que el éxito de la primera no era un accidente, mezclando otra vez detalles autobiográficos con una fascinación clara por el mundo sobrenatural (en este caso la santería y otras religiones caribeñas, en especifico la diosa Yemaya Saramagua). De nuevo, la mayoría de los críticos literarios decidieron pasar por alto esos "detallitos ridículos" sobre dioses africanos y se fijaron únicamente en la historia de la protagonista. Está bien. A cada quien lo suyo…

Lo que no quiere decir que algunos de nosotros no estamos poniendo atención y dejando de reconocer que alguien de los nuestros se ha logrado infiltrar al estratosférico mundo de los intelectualoides. De hecho, empecé a leer WHITE IS FOR WITCHING por una recomendación del mismísimo China Miéville, que usualmente sabe de lo que habla, cuando la comparó favorablemente con THE LITTLE STRANGER de Sarah Waters, que es todo lo que yo necesitaba saber para comprarla de inmediato.


WHITE IS FOR WITCHING trata sobre Miranda, recién salida de una institución mental poco después de la muerte de su madre y sus intentos por reiniciar una vida normal en la antigua mansión de la familia al sur de Inglaterra (ahora convertida en una casa de huéspedes por su padre). Desgraciadamente la casa tiene sus propias ideas de lo que es bueno para Miranda y lo que no lo es (la madre de Miranda, así como su abuela y tatarabuela tuvieron un problema similar). Esencialmente es un cuento gótico sobre una joven muchacha incapaz de lidiar con la pérdida de su madre. Miranda enfrenta su tristeza desarrollando un extraño desorden alimenticio llamado pica (que yo nunca había escuchado, pero que aparentemente ocurre en la vida real). Supongo que su bizarro comportamiento le recordara a algunos a la joven viuda en la novela corta THE BODY ARTIST de Don DeLillo de hace 10 años, casualmente otra obra donde un "autor serio" recurre a un fantasma para lograr explicar un punto. Por supuesto, no es la primera vez que desordenes alimenticios o jóvenes mujeres perdiendo la cordura aparecen en las novelas de Oyeyemi.


Siempre es interesante leer novelas en ingles sobre personajes locales escritas por autores nacidos en otros países, como por ejemplo Kazuo Ishiguro (THE REMAINS OF THE DAY). Es como leer "Heart of Darkness" de Joseph Conrad, quien solo aprendió a hablar inglés hasta que tenía más de 30 años. Hay algo verdaderamente distinto, alieno, en su manera de usar el lenguaje y su manera de pensar. Ciertamente, hay algo muy distintivo en la prosa de Helen Oyeyemi. Cada palabra bien pensada de antemano, logrando una cadencia de sonidos ligeramente fuera de lo normal. Una voz más que lirica, casi poética. Me recuerda en muchos casos los cuentos más alucinados de Caitlin R Kiernan, como "Madonna Littoralis" o su "The Sea-Troll's Daughter", o el mismo "Andromeda Among the Stones" que mencioné en la página de Cthulhu de hace un par de semanas. Quizá algunas de las obras más ambiciosas de Tanith Lee, como THE SECRET BOOKS OF PARADYS. Es una voz que a pesar de su juventud revela un dominio sobre su oficio que parecería venir de años y años fogueándose en las trincheras editoriales.

¿Por qué, entonces, insiste esta prometedora escritora en introducir elementos fantásticos en sus narrativas realistas? ¿No tendría aun más éxito dándole a los críticos lo que quieren y abandonando esos toques de excentricidad? Quizá, como en el caso de la ya mencionada Toni Morrison y su famosísima BELOVED (aparentemente a todos los habitantes del planeta menos a mi les encantó), o como las visiones de pesadilla de SONG FOR NIGHT del también Nigeriano Chris Abani (sus relatos autobiográficos sobre su tiempo en las cárceles de su país son si acaso todavía más implacables que los de Solzhenitsyn), Helen Oyeyemi se ha dado cuenta que las convenciones ordinarias de la literatura realista a veces son insuficientes para describir ciertos eventos. Ciertos actos de crueldad o crímenes que no pueden ser descritos apropiadamente de otra manera.


Efectivamente, la premisa de una casa embrujada (por falta de un término más exacto) parecería de novelita barata. Hasta existe un cementerio de tumbas anónimas del otro lado de la calle. Pero Oyeyemi es demasiado hábil como escritora. A la mitad del libro, cuando Miranda abandona la casa y va a la universidad y conoce otros personajes la trama se convierte en algo más (aunque pierde algo de coherencia, en mi opinión). Hay momentos en que la historia de su nueva amiga, una emigrante de África, (y aparentemente no abundan las estudiantes de piel negra en Cambridge aun hoy en nuestros días) casi se apodera del libro. Es una novela literaria primero y una historia de fantasmas segundo. Pero al final del día, es una historia de fantasmas, con el final que ya pueden esperar. No importa que tanto se aleje Miranda, la casa siempre la acompañara. Debo aclarar que la ya mencionada prosa de Oyeyemi, a pesar de su belleza, probablemente no es para todos (las primeras 4 páginas son un verdadero reto para el lector), así como la estructura del libro, con su multitud de narradores (incluyendo la casa misma) y su narración no-lineal y fragmentada. A mí me gusto, es todo lo que les puedo decir. Me atraen esos libros que no vienen pre-masticados como les gusta a los gringos y que exigen que el lector deba pensar un poco aunque sea.

Tengo la sensación que en el futuro van a recordar a Helen Oyeyemi como una escritora de fantasía y horror de primer orden, aunque esto no le agrade a ciertos "expertos" literarios, de la misma manera que hoy recordamos a Shirley Jackson no por sus novelas realistas sino por su extraordinaria THE HAUNTING OF HILL HOUSE (la novela favorita de Stephen King y de otros como Gaiman), así como por libros como WE HAVE ALWAYS LIVED IN THE CASTLE, y cuentos como "The Lottery".

Ahora, si no les molesta, después de leer un libro tan intelectual, voy a dedicar el resto de la semana con alguna novelita de Dennis Wheatley. Algo sobre arañas satánicas Nazi, o algo por el estilo.

miércoles, 21 de marzo de 2012

GEORGE R.R. MARTIN, ERASE UNA VEZ...

Aprovechando que nos encontramos a poco más de una semana del estreno de la tan esperada segunda temporada de A GAME OF THRONES en HBO, me acordé del comentario que hizo Bef en Twitter hace unos días diciendo que le gustaba más George R.R. Martin cuando todavía escribía ciencia-ficción. Debo confesar que a pesar de lo mucho que me gusta esta serie de televisión, yo también llegué a esa misma conclusión. (Y lo peor del caso es que estoy casi seguro que hay muchas personas que ni enteradas que hubo una época en que Martin escribía CF casi exclusivamente). George R.R. Martin apareció en la década de los 70s, estallando dentro del género de la ciencia-ficción como una supernova y cegando a todos con un extraordinario manojo de cuentos en la ANALOG de Ben Bova. Difícil de creer que apenas y tenía 25 años.



Desde la ya clásica novela corta "A Song for Lya" que le ganó su primer Hugo en 1975 (también fue nominada al Nebula) hasta su famosísimo cuento largo "Sandkings" de 1980, que le mereció otro Hugo (y además su primer Nebula), sin olvidarnos de mi favorito personal, el cuento corto "The Way of Cross & Dragón" también de 1980 (que le mereció otro Hugo más), los relatos de Martin iniciaron escuela. Una especie de melancolía y pesimismo romántico parecía empapar estos cuentos. Un fatalismo que muchos otros intentaron imitar, pero pocos lo lograron. En mi opinión, George R.R. Martin no es el mejor escritor nuevo que surgió en los 70s (ese honor se lo otorgaría a John Varley, autor por demás olvidado hoy en día y. como de costumbre, casi desconocido aquí en México), pero definitivamente es el más famoso.




Fue en la década de los 80s cuando vimos a Martin alejarse de la CF hacia la Fantasía, o inclusive el Horror (Stephen King, entre otros, estaba convirtiendo ese género en algo muy bien pagado). De vez en cuando regresaba, como con su famosa "Unsound Variations" de 1983, o "Portraits of His Children" de 1986 (que de hecho le ganó otro Nebula), e inclusive "The Monkey Treatment" de 1984 (nominada al Hugo y al Nebula, aunque según yo este cuento largo era más horror que CF), pero era claro que lo habíamos perdido, dedicando sus talentos más bien a novelas de fantasía, mejor remuneradas, como la monumental FEVRE DREAM o THE ARMAGEDDON RAG. Una y otra vez me encuentro con gente que me platica emocionada que acaban de descubrir y leer un libro llamado FEVRE DREAM y me preguntan si lo he leído. Más de una bonita amistad ha iniciado de esta manera. Cuando poco después Martin encontró el éxito en la televisión con series como BEAUTY & THE BEAST, fue tan solo el último clavo en el ataúd. Ahora no solo ya casi no escribiría CF, sino hasta sus cuentos y novelas de fantasía nos llegarían con cuentagotas. Pero esos cuentos y novelas de CF que surgieron en los 70s ahí siguen, listos para ser descubiertos por una nueva generación.


Entre mis relatos de CF favoritos de Martin de aquellos días son los que coescribió con Lisa Tuttle y que aparecen en WINDHAVEN. No muchos están de acuerdo conmigo. WINDHAVEN es considerada como una obra amena pero menor de ambos autores. Lo que mucha gente no parece entender es que WINDHAVEN nunca fue escrita como una novela. Las tres novelas cortas que componen el libro fueron escritas a lo largo de muchos años. La primera, "The Storms of Windhaven" de 1976 (aquí simplemente llamada Storms), jamás tenía planeada que una secuela le seguiría. La trama tiene un principio y final bastante claros. Esta completa y no necesita continuación. En mi opinión, es la mejor del libro, y ciertamente entre lo mejorcito que Martin escribió en toda su vida. La historia de hombres, y muy en particular una mujer, que vuelan los cielos de un mundo distante, azotado por vientos y tormentas constantes, con alas artificiales que básicamente son hand-gliders sofisticados. Desde niño siempre me han gustado las historias sobre vuelo, en aviones o con alas, probablemente el sueño más antiguo de la humanidad, como todas esas novelas de Poul Anderson, ya sea THE MAN WHO COUNTS, o THE PEOPLE OF THE WIND, o inclusive esos cuentos como "Wingless on Avalon". Una feroz lucha de clases es el motor nominal del relato de Martin y Tuttle, pero en realidad eso es solo un mero detalle cosmético que sirve de fondo al "dream of flying" dentro de todos nosotros. "She did have a home, and it was here, in the sky, with the wind strong and cold behind her and her wings on her back… She was a flyer, and like all flyers, she was less than whole when she took off her wings"

"The Storms of Windhaven" logra combinar descaradamente la Hard SF típica de la ANALOG de los 70s con un lenguaje lirico, casi poético, bellísimo. Más de una persona, claro, ha notado que la prosa de Martin, a pesar de sus temas y personajes melancólicos, en realidad es algo simplona (la gente que lee por primera vez sus novelas de A SONG OF ICE & FIRE en particular todavía se sorprenden por esto), lo cual siempre me ha hecho creer que las contribuciones de Lisa Tuttle en estas novelas cortas fueron más de lo que creemos.


Otra serie de relatos que le ganaron muchos seguidores en la CF a mediados de los 80s son las aventuras de Haviland Tuf, que se pueden encontrar coleccionadas en TUF VOYAGING. Este personaje, cínico y arrogante, pero sobre todo comerciante del espacio, a primera vista quizá nos recordaría al capitalista Nicholas Van Rijn de innumerables cuentos y novelas de Poul Anderson y efectivamente la comparación se ha hecho en más de una ocasión. En realidad, según yo, se asemeja más al Magnus Ridolph de todos esos cuentos del maestro Jack Vance de los años 40s y 50s. De hecho estoy casi seguro de recordar alguna entrevista a Martin donde admite que Tuf era una especie de tributo a Vance ("Loaves & Fishes" y "Call Him Moses", en particular, son historias bastante Vanceanas si me perdonan el espantoso neologismo). Nunca han sido mis predilectos. Se me hacen historias competentes y hasta ahí, aunque eso sí, con muchos detallitos que demuestran la fértil imaginación de Martin. Compren la colección y juzguen por ustedes mismo. Las portadas más bonitas son las de las ediciones francesas.


El punto de la página de hoy es intentar recordarle a la gente que George R.R. Martin, en alguna ocasión, no solo escribía tabiques de mil páginas de fantasía heroica sino que además nos llegó a ofrecer ciencia-ficción. Ciencia-ficción muy buena. Les recomiendo que compren DREAMSONGS, la reciente recopilación con casi todos los cuentos que ha escrito George R.R. Martin en su vida.


Ya para terminar, solo me gustaría añadir que se acordó al final de todos esos mensajes por Twitter que era imposible (o por lo menos impráctico) andar recomendando novelas utilizando tan solo 140 caracteres, así que lo mejor sería reunirnos todos los que participamos para discutir estos asuntos tan eruditos en persona. Una especie de tertulia literaria. Se me prometió vodka (o por lo menos café) además de una plática amena. Yo imaginaba horas disfrutando por igual de alcohol y anécdotas sobre los cuentos de George R.R. Martin. Críticas de "Sandkings" desde el punto de vista de Sturgeon (y preguntas francas acerca de si THE SIMPSONS lo hicieron mejor en ese episodio de Halloween). Quizá hasta una comparación del Inquisidor de "A Game of Cross & Dragón" con algunos de los personajes de las novelas y comics de WARHAMMER 40K, como Eisenhorn. Inclusive algún iluso que hubiera leído DYING OF THE LIGHT (solo por accidente, desde luego). Sigo esperando…

jueves, 15 de marzo de 2012

CTHULHU HOY

Esta semana he estado disfrutando de dos antologías de los Mitos de Cthulhu bastante recientes, NEW CTHULHU: THE RECENT WEIRD y THE BOOK OF CTHULHU. Dos librotes que no incluyen ningún cuento de Clark Ashton Smith, o Robert E. Howard, o Frank Belknap Long, o (afortunadamente) August Derleth. Dos volúmenes que más bien nos ofrecen el trabajo de gente como Neil Gaiman, China Mieville, Joe R. Lansdale o Bruce Sterling. Esta experiencia ha resultado toda una revelación para mí. Si solo han leído los cuentos de Cthulhu de hace medio siglo, a la mejor no conocen a Cthulhu tan bien como ustedes creían…



Como la mayoría de lectores de mi generación, yo me tope por primera vez con H.P. Lovecraft, y específicamente sus Mitos de Cthulhu, gracias a la traducción que hizo Editorial Bruguera en tres volúmenes del legendario TALES OF THE CTHULHU MYTHOS editado por August Derleth en 1969. Estoy consciente que otros tantos llegaron por medio de la antología de Rafael Llopis que sacó Alianza Editorial, pero en mi caso personal fue por esos tres Libros Amigo de Bruguera. Recuerdo bien la introducción de Derleth (traducida al español por Francisco Torres Oliver) donde mencionaba que, en su opinión, el subgénero esta probablemente muerto: "the Mythos as an inspiration for new fiction is hardly likely to afford readers with enough that is new and sufficiently different in execution".


Al igual que los seguidores de Robert E. Howard que le debemos una enorme deuda histórica a L. Sprague de Camp por rescatar todos aquellos cuentos de Conan (e indirectamente los de Kull, y los de Solomon Kane y los de Bran Mak Morn, etc) de la obscuridad, aun cuando las "correcciones" que les hizo, al igual que sus propios pastiches, son despreciables, de igual manera los aficionados de Lovecraft le debemos mucho a Derleth, aun cuando sus ideas sobre lo que los Mitos debían representar, un manojo de dioses representando el Bien y el Mal, no son para nada lo que Lovecraft tenía en mente.


Desde aquel lejano 1969 aparecieron otras antologías, por supuesto. Muchísimas, de hecho. Todas siguiendo el mismo formato esencialmente. Un par de cuentos de Lovecraft mismo (a veces ni eso), al lado de las contribuciones de una media docena de otros autores. Desgraciadamente, la gran mayoría de estas recopilaciones parecen atoradas (casi traumadas) con los mismos escritores una y otra vez. Es como si el circulo de Lovecraft fuera un exclusivo club privado cuya membresía se había cerrado (ciertamente a ninguna mujer parecían haberle abierto las puertas) y nadie más pudiera o deseara escribir relatos de los Mitos. ¿Acaso Derleth tenía la razón y en realidad ya nadie estaba interesado en añadir algo nuevo a estos Mitos? Había excepciones, claro. La NEW TALES OF THE CTHULHU MYTHOS de 1980 incluía "Crouch End" de un joven Stephen King, por ejemplo. Pero en general seguíamos recibiendo material de los mismos autores de siempre (muchas veces los mismos cuentos de otras antologías). Antologías tan recientes como TALES OF THE LOVECRAFT MYTHOS de 1992 nos ofrecía obras de… Clark Ashton Smith, Robert Bloch, Henry Kuttner, y August Derleth, mientras que la pobremente titulada THE NEW LOVECRAFT CIRCLE de 1996 nos ofrecía a Ramsey Campbell, Brian Lumley y Robert M. Price, escritores presentes en prácticamente todas las anteriores. Algunos cuentos muy buenos, sin duda, pero ¿qué de verdad no había material nuevo? ¿No había escritores de menos de 60-80 años trabajando en esta rica mina literaria?


En la última década, afortunadamente, se han hecho esfuerzos para arreglar esta lamentable condición. Un brillante paso en la dirección correcta fue THE STARRY WISDOM, que juntaba dentro de sus cubiertas cuentos de Alan Moore (el ya famoso "The Courtyard"), Grant Morrison, J.G. Ballard y William Burroughs (aun cuando, admitidamente, estos últimos 2 relatos tenían una conexión con Lovecraft algo tenue). Aun aquí, sin embargo, volvíamos a encontrarnos material de Ramsey Campbell y Brian Lumley una vez más. Un ligero problema con la original TALES OF THE CTHULHU MYTHOS de 1969 es que los relatos eran tan parecidos entre sí que amenazaban en convertir la experiencia para el lector en algo repetitivo. Eran pastiches intencionales, por supuesto, pero eso no cambiaba el hecho que si habías leído un par ya no tenias que leer los demás. Esto definitivamente no ocurre con los relatos en THE STARRY WISDOM, tan distintos entre sí.


La culminación de todo esto nos ha llegado en los últimos dos años con el par de antologías nuevas que mencioné al principio. Primero, NEW CTHULHU: THE RECENT WEIRD, que a pesar de no recopilar ningún cuento original, por lo menos la mayoría son de publicación muy reciente y escritos por una generación enteramente nueva de escritores. Autores que traen a los Mitos no solo un nuevo entusiasmo, sino además un punto de vista fresco. Aquí no van a encontrar demasiadas referencias a libros prohibidos, o a excéntricos reclusos en Nueva Inglaterra, o mucho menos pastiches estilísticos de Lovecraft. Algunos ni siquiera mencionan los ya tan conocidos nombres. No aparece Cthulhu o Nyarlathotep o Shub-Niggurath. Otros los mencionan, pero se acercan al tema desde una perspectiva completamente insólita y original. Entre las joyas en este libro se encuentra el brillantísimo "A Study in Emerald" de Neil Gaiman, que de hecho es más un pastiche de Conan Doyle y que solo incidentalmente agarra a Lovecraft por conveniencia, y que se acaba convirtiendo en algo más que sus partes. De lo mejorcito que ha escrito en los últimos 10 años. El cuento de Gaiman ilustra el punto de una nueva generación y nuevas ideas a la perfección. Ideas que Lovecraft, con todo el debido respeto, jamás habría podido concebir. Como "Shoggoths in Bloom" de Elizabeth Bear con su frio y clínico enfoque antropológico/biológico mezclado con la perspectiva de un hombre negro (ese ruido es Lovecraft revolcándose en su tumba). O la extraordinaria "A Colder War" de Charles Stross que logra mezclar las grises novelas de espías de Len Deighton con Lovecraft. O "The Vicar of R'lyeh" de Marc Laidlaw, donde Cthulhu se convierte en una simulación virtual en un juego de rol masivo. No vayan a creer que todo esto significa que se ha sacrificado la ambientación, la atmosfera, de horror abismal de Lovecraft. Por el contrario. Lean, si pueden, "Details" de China Mieville, quizá el cuento mas terrorífico que he leído jamás. (Volteo a ver las esquinas de mi cuarto con nerviosismo. Ni el añejo "The Hounds of Tindalos" de Frank Belknap Long explotó la geometría no-euclidiana de semejante manera). ¿Ya mencioné los relatos de Caitlin R. Kiernan, Sarah Monette, Cherie Priest, y Holly Phillips? Aparentemente, después de todo, las mujeres si tenían algo que contribuir.


THE BOOK OF CTHULHU, por su parte, es un libro de corte más formal, menos irreverente, pero que quizá los puristas de Lovecraft apreciaran más. Incluye un par de relatos de los 70s, de aquellos ubicuos veteranos Ramsey Campbell y Brian Lumley, y sobre todo el ya clásico "Black Man With a Horn" de T.E.D. Klein (que yo sepa, Klein solo ha escrito un manojo de cuentos y una novela en casi 40 años, pero en un mundo ideal merecería una página del blog para él solito). El más corto es el de Bruce Sterling "The Unthinkable" que de hecho logra anticiparse al "A Colder War" por casi una década. Mis favoritos son la contribución del siempre confiable Joe R. Lansdale, "The Crawling Sky" (se van a orinar de la risa con la descripción al principio del pueblucho ese. Tristemente yo conozco varios lugares así en la carretera México-Acapulco) que me recuerda mucho a los cuentos de Manly Wade Wellman; y el de Caitlin R. Kiernan, "Andromeda Among the Stones", que jamás menciona a Cthulhu una sola vez pero logra reproducir esa sensación Lovecraftiana que te enchina la piel mejor que una docena de pastiches de Derleth.

Para que vean el poco peso que tiene mi opinión, uno de los 4 relatos que se repiten en ambos libros, el de "Bad Sushi" de Cherie Priest, es uno de los peores, según yo. (Básicamente, el titulo ya te está revelando todo lo que ocurre en la historia. Como chistecito de una página estaba bien. Como relato de 30 páginas… )

Otras antologías Lovecraftianas recientes que les pueden interesar también son la de LOVECRAFT UNBOUND editado por Ellen Datlow (su principal atractivo es no solo que son puros relatos originales, sino el (re)nombre de varios de sus autores, como los mismísimos Michael Chabon y Joyce Carol Oates, consentidos de la crítica literaria anglosajona que normalmente no se molesta en leer este tipo de historias. Algunos lectores hardcore se han quejado que están presentes solo por su fama. Quizá, pero debo confesar que el de Chabon está muy bueno). El "Houses Under the Sea" de Caitlin Kiernan también vale la pena; y la BLACK WINGS de S.T. Joshi (que gana brownie points por el mero hecho de no mencionar a Lovecraft o a Cthulhu en el titulo). Los resultados pueden variar, lo admito, pero me parece claro que se ha abierto una puerta más en la historia de los Mitos de Cthulhu, y no debemos ignorar estos nuevos experimentos.

Si solo conocen a Cthulhu por aquellos excelentes cuentos que se escribieron antes de 1970, háganse un favor a ustedes mismos e intenten uno de estos libros. A la mejor se sorprenden!

sábado, 10 de marzo de 2012

MOEBIUS

Muy tristemente, el día de hoy el blog se aleja (aunque en realidad no mucho) de la ciencia-ficción para recordar al gran Jean Giraud "Moebius", gigante entre gigantes, quien falleció hoy en la mañana. El Facebook lo encuentro lleno de comentarios al respecto, al igual que mi cuenta de Twitter. Sin embargo, revisando Yahoo o Google, no veo ni una sola mención entre sus encabezados, a menos que me ponga a escarbar entre el resto de las noticias, en cuyo caso localizo un pie de página si acaso. Quizá es que solo tengo a personas interesantes y de buen gusto en mi lista de amigos de Facebook y Twitter, y el resto del planeta es un montón de incultos. De cualquier manera, qué triste que la mayoría parece no haberse enterado.


Leyendo algunos de estos obituarios, me doy cuenta que la mayoría se están enfocando en sus muchísimas contribuciones al cine, como su trabajo para ALIEN, o TRON, o LES MAîTRES DU TEMPS, etcétera, como si no hubiera hecho ninguna otra cosa. En mi humilde opinión, su trabajo en las películas es lo menos importante de su obra, aun olvidándonos del hecho que la mayoría no se lograron realizar según su visión. Prácticamente nada de lo que hizo para el ALIEN de Ridley Scott, por ejemplo, llego a la pantalla. La única película donde participó que si me habría encantado ver sería la versión de DUNE que iba a hacer con Jodoroswky en la década de los 70s (con Salvador Dali como el Emperador).


Estoy seguro que hoy, mañana y el resto de la semana van a aparecer varios artículos contándonos con lujo de detalle la biografía completa de Giraud, su inmensurable contribución al género de los comics; el porqué a veces firmaba como Giraud y a veces como Moebius; porqué usaba un estilo con un nombre y otro completamente distinto con su apodo, el impacto de aquellas primeras cuatro historias de Arzach/Harzak/Arzak/Harzakc, sin ningún dialogo y con delirantes imágenes sacadas del subconsciente de  nuestros sueños; etcétera etcétera. Yo solo puedo platicar sobre mi experiencia personal con su obra.





La primera vez que yo me topé a Moebius fue gracias a algún ejemplar perdido de HEAVY METAL. Me encantaría decir que fue alguna de las viñetas de Arzach, o uno de los capítulos de su serie (interminable, parecía entonces) sobre Le Garage Hermétique, pero de hecho fue el de "Ktulu", un cuentito aislado que apareció en aquel legendario número de octubre de 1979, que ya he mencionado con anterioridad, dedicado a Lovecraft y con brillante (o debería decir obscura) portada de JK Potter. Recuerdo que aun por encima de la excelente adaptación de "The Dunwich Horror" de Breccia, fue el cuento de Moebius el que más me gustó y afectó. Más que nada, porque estoy seguro que no lo entendí. Aparte de los nombres, en realidad el relato tiene poco que ver con Lovecraft. Inclusive la atmosfera del relato es mas de humor negro que simple horror. Es más bien un ejercicio absurdista que no parece tener mucho sentido a primera vista. Esta sería tan solo mi primera incursión dentro de los extraños universos de Moebiuis.


Desgraciadamente tardaría un rato en iniciar futuras incursiones. Algunos recordaran que no era tan fácil comprar HEAVY METAL por aquellos años. La distribución era errática, un mes llegaba, otro no. A veces llegaba a Sanborns, a veces había que salir de safari al centro a buscar el ejemplar de ese mes. A veces no lo querían vender a un niño (era casi como intentar comprar un PLAYBOY). Ciertamente mi mamá nunca me daba dinero si era para comprar "esa basura". En fin…






No fue sino hasta que la Marvel (a través de su línea Epic, una especie de proto-Vertigo) empezó a sacar su línea de álbumes de Moebius a finales de los 80s que finalmente cambió la cosa. Personalmente nunca me ha gustado los colores que usaron en esos libros (varios de los cuentos originalmente habían salido en blanco y negro en MÉTAL HURLANT), pero no puedo criticar con demasiada severidad porque en realidad fue Moebius mismo quien se encargo de esos colores (igual que no puedo criticar los colores originales que John Higgins utilizó en WATCHMEN o en THE KILLING JOKE por esas mismas épocas aun cuando prefiero las nuevas versiones de ediciones más recientes).




Fue un verdadero placer reencontrarme con Arzach, leer la historia "completa" del Airtight Garage, y sobre todo, finalmente poder leer esa obra maestra de la ciencia ficción "The Long Tomorrow." ¿Es necesario añadir el impacto que me causó leer el INCAL por primera vez? Afortunadamente puedo leer en español y francés, porque poco después a los pobres gringos se les secó el manantial de Moebius (salvo un par de notables excepciones). Por ejemplo la larguísima saga de BLUEBERRY. En Estados Unidos creo que ni enterados que después que Jean-Michel Charlier falleció, Moebius continuo la serie ahora como escritor además. A diferencia de ASTERIX (que en mi opinión se vino abajo después que Goscinny se murió), la serie mantuvo su altísimo nivel. Los últimos cinco álbumes son sencillamente extraordinarios. En particular DUST, que ocurre en el Tombstone de 1881 (y después del apoteótico OK CORRAL), cierra la saga con broche de oro.


En cuanto al hombre detrás del arte, tuve el honor de conocerlo en persona por primera vez en San Diego. Debe haber sido la convención de 93 o 94. No recuerdo, la verdad. Me hizo mucha gracia descubrir que era idéntico a sus dibujos de sí mismo (Moebius era héroe y victima en sus propios cuentos todo el tiempo, como en la ya clásica "The Detour"). Lo escuché hablar por una hora y luego me formé como geek groupie (eso es lo que era ese día, supongo) para que me dibujara algún garabato y me diera su autógrafo. Le pregunté si hablaba español e inmediatamente me sonrió y me contesto que si y me dio las gracias porque, aparentemente, "detestaba el inglés" y estaba harto de hablarlo los últimos días. Por supuesto, solo platiqué cuando mucho algunos minutos con el (ahí me enteré lo de Salvador Dalí, por cierto) y luego tuve que ceder el lugar al siguiente en la línea.

El siguiente año, curiosamente, vino a México. Bef me avisó el mero día (es más, casi una hora antes) y salí corriendo de mi oficina (aunque por ese entonces yo técnicamente no tenía permiso para hacer eso) en dirección al Instituto Franco-Mexicano. Nuevamente lo escuché hablar y una vez más me formé para pedirle algún dibujito. Como llegué a las carreras no traía yo ningún cuaderno para que hiciera el dibujo, y le tuve que pedir "prestado" uno al Bachan (que por supuesto nunca le regresé). Me insistió que se acordaba de mi de San Diego, lo cual por supuesto me sorprendió. Probablemente solo estaba siendo amable. Y tres minutos después me despedí de él y tuve que ceder mi lugar al siguiente en la línea. Nunca más lo volví a ver.



Descanse en paz, Jean Giraud…

miércoles, 7 de marzo de 2012

PAUL DI FILIPPO Y SU CIUDAD LINEAL

Mucha gente cree que el formato ideal para la Ciencia-Ficción son las novelas cortas, entre 80 y 100 páginas, que además no son muy comunes en otros géneros literarios. Sin embargo, son notoriamente difíciles de vender. Ocupan demasiado espacio en una revista (o una antología) o sea que a menos que el autor sea famoso no se la van a comprar, y al mismo tiempo son demasiado cortas para publicarse individualmente. Es solo gracias a editoriales independientes (quienes en realidad tienen mucho más que perder que las grandes compañías) que llegan a nuestras manos. La editorial PS Publishing se ha especializado en años recientes precisamente a ofrecer novelas cortas al mercado, publicadas en pasta dura. El producto es usualmente muy bonito, muy bien cuidado, digno de presumirse en cualquier estante de nuestra casa, pero desgraciadamente por ser pasta dura (por ser tan bonitos, vaya) son caros, y mucha gente prefiere no pagar 20 o 25 dólares por solo 80 o 100 páginas.


Esto es una lástima, pues muchas de las mejores historias de Ciencia-Ficción o Fantasía de la última década han aparecido gracias a PS Publishing, como THE TAIN de China Mieville (quien casi exclusivamente solo escribe novelas), o FIRING THE CATHEDRAL de Michael Moorcock (un rarísimo regreso de Moorcock a su infame personaje de Jerry Cornelius, y además con introducción de Alan Moore) o REALITY DUST de Stephen Baxter, o MAKING HISTORY de Paul J McAuley, etcétera. La razón de todo esto es que el lunes empecé, y acabé (uno de los placeres de tener solo 80 páginas entre las cubiertas de un libro), A PRINCESS OF THE LINEAR JUNGLE del siempre impredecible Paul Di Filippo, una especie de vaga secuela a su inolvidable A YEAR IN THE LINEAR CITY de hace una década.


Algunos recordaran que aquella novela corta (también de PS Publishing, por cierto) la nominaron al Hugo, al Sturgeon y al World Fantasy Award, tres premios que normalmente aprecian y recompensan a distintos tipos de historias. Por si fuera poco, casi ganó el Locus. La razón por la que fascinó a tan variados grupos de lectores fue simplemente la originalidad de la premisa. La ciudad donde ocurría la historia estaba compuesta de una sola calle. Una calle que continua por siempre (el protagonista principal vivía en la cuadra 10, 394, 850). Si uno camina suficientes cuadras (nuestros conceptos de "Down-town" o "Up-town" adquieren nuevos significados aquí), más de mil por ejemplo, te encuentras que los ciudadanos hablan con acento diferente. Avanza unas 10 mil cuadras y es un lenguaje completamente distinto. Cien mil cuadras arriba (o abajo) de este perpetuo "Broadway" y quién sabe lo que hallarás…


Di Filippo, como imagino que ya casi todos lo saben, es uno de los escritores más originales trabajando hoy por hoy. Sus muchos cuentos y contadas novelas son completamente distintos a cualquier otros, dentro o afuera del género. En vez de reescribir la misma historia una y otra vez como tantos otros autores que no voy a mencionar, uno nunca sabe lo que Di Filippo va escribir a continuación. ¿Recuerdan cómo hace 20 años, mientras el resto de nosotros andábamos todavía embobados por el movimiento cyberpunk,  Di Filippo estaba escribiendo los cuentos que algún día serian coleccionados en su libro RIBOFUNK, una revolución completamente opuesta (ciencias biológicas en vez del hardware informático del cyberpunk) a la moda? El tiempo, por supuesto, acabó dándole la razón. Es solo que para cuando la gente se dio cuenta, Di Filippo ya estaba escribiendo otra cosa; cuentos dentro de un subgénero que se conocería poco después como Steampunk. (Di Filippo fue el primero en utilizar el término que inventó KW Jeter en el titulo de un libro). Necesitamos más escritores así, como Rudy Rucker o Cory Doctorow o Charles Stross. Ese es el encanto de la Ciencia-Ficción (o por lo menos debería serlo). El de encontrarnos con algo totalmente inesperado siempre.


Rompiendo las reglas, como de costumbre, Di Filippo jamás se molestó en explicar cómo podría existir semejante estructura como la Ciudad Lineal. O quién la construyó, por qué o para qué. Este simplemente era el mundo donde nuestros bohemios protagonistas (la cuadra 10, 394, 850 es una comuna artística) vivían sus existencias cotidianas. El personaje principal, Diego, era un escritor de novelas baratas y no muy respetadas por el establecimiento (casi un personaje análogo del mismo De Filippo). La maquina de escribir de Diego "offered up the smooth ivory surface of its keys like the receptive fingertips of a lover". La prosa de Di Filippo nunca es elaborada ni artificial (aunque como un camaleón siempre cambia con cada historia). Lo que le interesa es permitirle a su virtuosa imaginación contar una historia y nada más. Esa estupenda novela corta en realidad no tenía una trama, como la vida real, sino varios episodios (divididos en capítulos que representan las 4 estaciones) que ilustraban la vida de los amigos y vecinos de Diego a lo largo de un año como nos indica el título. La historia era casi incidental a la idea misma.


El concepto de una urbe infinita por supuesto nos recuerda a "The Concentration City" de JG Ballard, pero más aun (por lo menos a mi) a la exótica New Crobuzon de las novelas de China Mieville, gracias a ciertos extraños (y aparentemente innecesarios) elementos fantásticos y sobrenaturales. (Di Filippo admitió en alguna entrevista que los libros de Mieville y otros del subgénero naciente del New Weird, como Jeff VanderMeer y sus ciudades enigmáticas,  fueron una inspiración directa). Verán, si se estaban preguntando qué limita, qué contiene a la Ciudad Lineal, de un lado de la calle hay un rio, del otro unas vías de tren. Cuando alguien muere, representantes angélicos descienden del cielo para llevarte más allá del rio, "the Other Shore". Excepto cuando gárgolas monstruosas descienden del cielo para llevarte del otro lado de las vías, "the Wrong Side of the Tracks". ¿Qué nos está diciendo Di Filippo en verdad?


Este extraño y original mundo que Di Filippo creó en tan solo 80 páginas, la sociedad que lo habita, te cautivan desde el inicio. Al final desearías que hubiera más paginas para seguir explorando este bizarro mundo. El autor ha logrado crear un escenario casi hipnótico para poder contar cualquier tipo de historias. Al mismo tiempo, sin embargo, me da gusto que Di Filippo no escribió un tabique de novela de mil páginas, o toda una trilogía, para explorar hasta el último rincón de este mundo. Larry Niven cometió este pecado con su famoso RINGWORLD hace 40 años… y una vez creado su fascinante mundo ya no supo qué hacer con él, y se notó. En efecto, Di Filippo nunca volvió a escribir sobre su Ciudad Lineal después de esas 80 páginas originales. Hasta ahora…



A PRINCESS OF THE LINEAR JUNGLE es de nuevo una novela corta publicada por PS Publishing.Muchos años después de la historia anterior y en otra colonia completamente distinta de la ciudad, Merritt, nuestra joven protagonista recién graduada de la universidad comienza su carrera profesional como curadora en un museo. El trabajo es monótono, pero le da la oportunidad de ahorrar para su maestría en arqueología, o más bien en "polypolisología" (el estudio de las varias ciudades) y de conectarse con gente en su campo. Precisamente, cuando uno de sus profesores (del que cree estar enamorada) le ofrece la oportunidad de acompañarlo en una expedición a Vayavirunga, el distrito selvático de la Ciudad Lineal (un área de más de 300 cuadras infestadas por la vegetación selvática), Merritt acepta gustosa. La primera mitad nos describe la existencia ordinaria de Merritt, su trabajo, sus torpes intentos por socializar, y cuando inicia la aventura es casi como si hubiéramos cambiado de libro. Lo que ocurre a continuación es efectivamente emocionante, pero la verdad no se qué mitad prefiero más. A PRINCESS OF THE LINEAR JUNGLE mas que responder las muchas preguntas que nos dejo la novela corta de hace 10 años, en realidad solo nos deja más. A los gringos, que usualmente les gusta su ficción ya cuidadosamente masticada por adelantado, esto no parece haberles gustado mucho, pero en mi opinión esto es algo bueno. ¿Acaso existe un momento más decepcionante que cuando 2010 (la novela o la peli) nos explica mundanamente lo que en realidad ocurrió en 2001?


El titulo, y la segunda mitad de la novela corta, son un obvio tributo a Edgar Rice Burroughs, sobre todo sus primeras novelas marcianas (de hecho, el epígrafe viene de A PRINCESS OF MARS), pero a mí en realidad el personaje de la princesa del título me recordó más bien a H Rider Haggard y su famoso personaje de Ayesha (de su novela SHE, casi tan famosa e importante, históricamente hablando, como KING SOLOMON'S MINES y Allan Quatermain). En el largo viaje a lo largo del rio hacia los distritos selváticos de la Ciudad Lineal existe más de un rasgo de Joseph Conrad, que asumo es intencional, y el hecho que la heroína se llame Merritt no creo que sea una coincidencia (THE SHIP OF ISHTAR siempre fue una favorita personal de mi infancia). El final acaba siendo ligeramente abrupto y anti-climático, casi como si fuera irrelevante y esta es una de esas raras ocasiones en que estoy casi de acuerdo que un final fuerte no solo no es necesario, sino casi hasta apropiado. El punto, igual que con la historia anterior, no es el de resolver nada, sino simplemente el de visitar la infinita variedad de maravillas que nos ofrece la Ciudad Lineal. Seguramente Paul Di Filippo volverá a escribir sobre la Ciudad Lineal algún día. Me sorprendería, por otra parte, si lo hace en los siguientes cinco años. ¡O por lo menos espero yo que logre resistir la tentación!