jueves, 30 de agosto de 2012

CEREMONIA DE LOS PREMIOS HUGO 2012

Este fin de semana inicia la Convención Mundial de Ciencia Ficción de 2012 (en ésta ocasión en Chicago), y como todos los años, los ganadores de los Premios Hugos serán anunciados el domingo en la tarde. Estos premios, celebrando la “excelencia en los campos de la Ciencia-Ficción y la Fantasía”, son otorgados por votación de los lectores (a diferencia de los Nebula, los otros premios importantes, que son decididos por un jurado de escritores y editores profesionales). Por esta misma razón, mucha gente cree que los Nebula son más prestigiosos, mientras que los Hugos son casi como un concurso de popularidad. Si bien hay algo de verdad en esto, es indiscutible que los premios Hugo siguen siendo los más codiciados dentro del género de literatura fantástica. El equivalente a los Óscares, vaya. Hay fiestas antes de los Hugos y fiestas post-Hugos, igual que en los Óscares. Inclusive hay una fiesta para los Perdedores, que me imagino ha de ser la más divertida del año. Cada nominado recibe un pin con un cohete (tipo de los años 30) para que todo mundo sepa que están en la presencia de realeza. Esta foto a su izquierda es el premio del año pasado. Lo menciono porque cada año le cambian la base al cohete, para diferenciarlos entre sí.

Si alguien quiere ver la entrega en vivo, este mismo domingo 2 de septiembre, lo pueden hacer aquí, vía streaming video. (Si quieren un último recordatorio de los nominados en todas las categorías de este año, aquí están)

En todo caso, se me ocurrió que, para celebrar el fin de semana de los Hugos, podíamos platicar brevemente sobre los cinco libros nominados este año a Mejor Novela (ya hablamos de los candidatos a Mejor Novela Corta, Mejor Cuento Largo y Mejor Cuento Corto en postales anteriores). Me da gusto ver que de las cinco, ya leí cuatro y de hecho las mencioné en el blog a cada una. Siempre es bueno saber que mis gustos (para variar aunque sea en una ocasión) no están tan disparejos con el resto de la comunidad lectora de CF en el resto del planeta.


Primero tenemos a AMONG OTHERS (Tor) de Jo Walton que, como ya dije aquí, es una pequeña joya. No me sorprende en lo más mínimo encontrarlo nominado aun cuando es un libro muy intimo, muy personal, donde no se están decidiendo la suerte de imperios galácticos enteros o se siguen las vidas de elencos de personajes por docenas. Es decir, no necesariamente el tipo de novela que los Hugos suelen recompensar. El diario de una muchacha de 15 años que debe crecer en una escuela extraña y cuya única compañía son los libros de CF y F en la librería escolar. Libros que resultaran conocidos para todos nosotros. Es tan bella su historia que inclusive el conflicto principal (resulta que su madre es una bruja de verdad... o a la mejor no) acaba siendo mero detalle extra. Un libro sobre los placeres de la lectura y la imaginación, de lidiar con la realidad mundana que nos rodea gracias a novelitas de literatura "escapista", de encontrar la verdadera magia dentro del gris mundo real, ¿que mas podemos pedir de un libro?


Lo cual nos lleva, irónicamente, al siguiente contendiente: A DANCE WITH DRAGONS (Bantam Spectra) de George R.R. Martin, la última entrega de su colosal serie A SONG OF ICE & FIRE (ahora mejor conocida como A GAME OF THRONES, el nombre de la primera novela, gracias a la exitosa serie de televisión de HBO). Después de seis largos años, desde la controversial A FEAST FOR CROWS, finalmente apareció la quinta novela. Desgraciadamente habían pasado once años desde A STORM OF SWORDS, o sea que los lectores fieles no habíamos leído nada sobre Jon Snow, o Daenerys, o (sobre todo) Tyrion Lannister en más de una decada. Era casi imposible que Martin satisfaciera todas las expectativas. (Mucha gente ha empezado a seguir los libros gracias a la serie de TV y su espera por material nuevo ha sido ínfima, pero para los que leímos la primera novela hace más de 15 años, la espera ha sido absurdamente larga). Aun así, Martin lo logra, en cierta forma, ofreciéndonos una novela que nos recuerda más a las tres primeras que a la decepcionante cuarta. Me gustaría discutir por qué la novela funciona tan bien, pero sé bien que hay muchas personas todavía leyendo libros anteriores y que no desean spoilers de ningún tipo. Entonces, pues, solo hablare sobre lo que casi con toda seguridad va a suceder este domingo. Tomando en cuenta tan solo el tiraje de la primera impresión (numerado en millones de copias), más la popularidad de la serie de HBO, es muy poco probable en mi opinión que algún otro libro le vaya a poder arrebatar el Hugo. Lo cual es una lástima. No porque la novela de Martin no lo merezca, sino por el hecho que simplemente no necesita más publicidad, mientras que libros como el de Jo Walton, más raros, más preciosos, sí la necesitan...


El siguiente contendiente es DEADLINE (Orbit), que mencioné en la postal sobre el Premio Philip K Dick aquí. Quizá a algunos sorprenda que una novela de zombies (esencialmente eso es lo que es) reciba tanto apoyo a la hora de los premios. Gente como Mira Grant nos recuerdan, afortunadamente, que solo se necesita un escritor muy bueno con una idea fresca para renovar a todo un subgénero que la mayoría creería ya agotado de posibilidades. Hay que añadir, además, que es un libro muy vendido, que ha habido cierto interes por parte de Hollywood, y que la autora está nominada además en otras categorias este mismo año. Eso normalmente se traduce en votos a la hora de la premiación, pero de nuevo, se enfrenta a un gigante mediático en la novela de George R.R. Martin. Buena suerte.


A continuación viene una de mis lecturas favoritas del año pasado, EMBASSYTOWN (MacMillan/Del Rey) de China Miéville, de la que hablé en mucho mayor detalle aquí. No tan entretenida como su RAILSEA (de la que también hablé aquí) es, sin embargo, una obra mucho más ambiciosa, que recuerda más bien las novelas de CF socio-políticas de los años 70s de la señora Ursula K. LeGuin, mientras que su temática de cómo el lenguaje afecta la realidad que nos rodea (siguiendo una larga tradición que viene desde William Burroughs, Samuel R. Delany, Ian Watson y, más recientemente, Ted Chiang) llega a ser tan esotérica cómo las novelas más especulativas de Greg Egan. La novela logra triunfar donde tantas otras fracasan rotundamente: crear alienigenas autenticamente alienos para nosotros, y no solo monstruos de plástico y maquillaje. Es una verdadera victoria de la prosa experimental (tanto, que inclusive a muchos seguidores de Miéville se les hizo quizá demasiado ambiciosa). En cualquier otro año, Miéville, adorado por los críticos más severos de la CF, sería el seguro ganador. Este año…


Finalmente, llegamos a LEVIATHAN WAKES (Orbit) de James S. A. Corey (seudónimo de Daniel Abraham y Ty Frank), la única que no he leído todavía y que, probablemente, no pienso hacer. La verdad no me atrae mucho, siendo de corte militarista. Todo mundo parece estar hablando muy bien de esta novela, pero para mí sigue siendo lo que es. Las novelas militares de CF siempre han sido muy populares, por obvias razones, a la hora de recibir Hugos y de adaptarlas al cine, pero a mí en realidad me dejan frio (salvo algunas muy contadas excepciones). Irónicamente, esta es la que quizá le podría robar el Hugo a Martin. Sobre todo porque, como pueden ver en la portada de al lado, el editor escogió coincidentalmente un comentario de George R.R. Martin (“kickass space opera” la llama) para promocionar el libro. Si va a ganar la opción "popular", prefiero que gane A DANCE WITH DRAGONS.

En fin, no se olviden de sintonizar el domingo la ceremonia en vivo para descubrir al ganador.

miércoles, 22 de agosto de 2012

UN ÚLTIMO PASEO CON RAY BRADBURY

Uno de los poquísimos beneficios que le he encontrado a tener la mentada “biografía” en Facebook es que uno puede ver las tonterías que uno mismo pone en su muro meses y años atrás. En mi caso, descubro que el 13 de abril me burlé de que Hugh Hefner y Stan Lee nos recomendaban que compráramos un libro llamado SHADOW SHOW, una especie de tributo de varios autores hacia el maestro Ray Bradbury. No me burlaba tanto del libro, claro, como de las “luminarias literarias” que los editores habían conseguido para promocionar el proyecto. Tristemente, menos de dos meses después, Bradbury falleció y el asunto dejo de parecer tan simpático. El libro en sí, inclusive adquirió una cierta relevancia mayor. Fue el primer libro que compré el día después de ese funesto martes 5 de junio.


Debo confesar que en general desconfió de este tipo de antologías/tributo. La calidad de los relatos, por bienintencionados que sean, tiende a variar mucho. Peor aún, la relación con la obra del autor homenajeado es a veces tan tenue que a uno le queda la impresión que el escritor simplemente mandó el primer cuento que encontró en su disco duro y ya. Si bien SHADOW SHOW no está completamente exento de estos problemas habituales, puedo confirmarles con mucho gusto que el libro más que vale la pena. La lista de contribuidores es un virtual quién es quién literario, aunque no puedo dejar de notar que hay pocos, muy pocos, autores de Ciencia-Ficción (o inclusive de Fantasía) representados entre sus casi 500 páginas. Un recordatorio final, por si fuera necesario, que los críticos literarios desde siempre y hasta el último momento se han querido apoderar de Ray Bradbury, “rescatándolo” del gueto de la literatura fantástica.


Los editores, Weller y Castle, solicitaron de cada uno de los 26 escritores aquí reunidos no solo un cuento, sino además una breve nota explicando su relación con Bradbury o su obra. Casi unánimemente todos relataron alguna anécdota de su adolescencia, encontrando a Bradbury por primera vez. Recuerdo que cuando escribí su obituario en este blog yo hice exactamente lo mismo. ¿Por qué no? El primer contacto con Bradbury es invariablemente impactante. Algo que también descubrí al leer todas estas notas es que nadie menciona nada sobre los últimos 50 años de producción de Ray Bradbury. A pesar de haber argumentado en ese mismo obituario que el Maestro de hecho logró escribir algunas obras de interés en los 70s y 80s, (la maravillosa novela DEATH IS A LONELY BUSINESS de 1985 me viene a la mente; la colección THE MACHINERIES OF JOY de 1964, y quizá I SING THE BODY ELECTRIC de 1969), supongo que debo admitir que la verdad es que los libros que le ganaron la posteridad aparecieron en los 40s y 50s. El año en que se publicó SOMETHING WICKED THIS WAY COMES, 1962, parece ser un parteaguas ideal para los estudiantes de Bradbury.


Así pues, la crema y nata de los consentidos de los críticos hoy por hoy intentando rendir tributo al Ray Bradbury de hace medio siglo. ¿Lo lograron? Como de costumbre, la respuesta es un “definitely maybe”. Los cuentos buenos son muy buenos, y los malos son pocos. En realidad, uno no puede pedir mucho más de una antología. En mi opinión, los dos mejores relatos son el de Neil Gaiman y el de (quizá sorprendiendo a algunas personas, pero no a mi) Joe Hill. Estoy seguro que la gran mayoría ya están bien familiarizados con el primero, “The Man Who Forgot Ray Bradbury”, así como con la historia detrás de su creación (Gaiman se lo obsequió a Bradbury de regalo de cumpleaños). En vez de describirles el cuento, en el improbable caso que no lo hayan leído, léanlo ustedes mismos aquí. (O si prefieren escuchar a Gaiman leyéndolo, aquí esta). El segundo relato, “By the Silver Waters of Lake Champlain”, nos recuerda que si bien el hijo nunca será tan famoso como el padre, la verdad es que Joe Hill es a veces mucho más interesante que Stephen King, logrando combinar aquí elementos de cuentos tan distintos como “The Foghorn” y “Kaleidoscope”. En mi opinión, más que homenaje a Bradbury, parece un cuento perdido del Maestro de hace 50 años. Mayor cumplido no puedo imaginar. Supongo que el hecho de que ambos cuentos en particular son de mis favoritos (como ya mencioné en el obituario) le ayudó conmigo.


Un cuento que me gustó casi tanto como los dos anteriores es el de “Two Houses” de Kelly Link, una escritora todavía no muy conocida aquí en México, desgraciadamente, pero que desde hace ya algunos años recuerda a Bradbury por varias razones. Me encantaría poder viajar en la nave espacial The House of Secrets, es lo único que les puedo decir. Varios de los autores mencionan que hicieron un esfuerzo por no escribir secuelas o pastiches (a pesar de que el edicto editorial era el de contribuir con algo “Bradburyesque”), pero la mayoría acaban rompiendo su propia regla, con resultados variables. “Conjure”, de Alice Hoffman, lo hace con fabulosos beneficios, contándonos la historia de dos amigas adolescentes que deben enfrentar juntas el fin del verano, así como el fin de su niñez (atisbos de DANDELION WINE). Como el mismo Gaiman menciono en alguna otra ocasión, a Bradbury le pertenece el mes de octubre. “The Companion” de David Morrell, autor que normalmente relaciono con el género de Horror, es obviamente una conmovedora respuesta a “The Crowd” de Bradbury, así como el “Backwards in Seville” de Audrey Niffeneger (a la mejor recuerdan la película THE TIME TRAVELER’S WIFE con Eric Bana y Rachel McAdams, basada en su novela homónima), con la mujer que le quiere regalar los años de vida que le sobran a su padre, es claramente una versión personal del clásico “The Playground”. Por otra parte, la contribución de Margaret Atwood, “Headlife” es quizá la desilusión mayor de toda la antología, confirmando mi opinión personal que la señora es algo sobrevaluada.


Respecto a los demás, la mayoría se encuentran en un punto intermedio. “Fat Man & Little Boy” de Gary Braunbeck, autor cuyo nombre admito me es desconocido, intenta ofrecer comentario social de la misma manera que la advertencia implícita de FAHRENHEIT 451 (o, quizá más correctamente, con la advertencia de “The Pedestrian”), situándonos en un mundo donde a los obesos y gorditos se les prohíbe salir de sus casas, por ser desagradables para el resto de las personas. Tiene además la virtud de no ser muy largo. Me recuerda a uno de esos relatos del Judge Dredd lidiando con los Fatties, como “Requiem for a Heavyweight”, que parecen una simplonada al principio, y solo después te das cuenta lo efectivo que son. El de Bonnie Jo Campbell, “The Tattoo”, como podrán imaginarse, está inspirado sobre todo por “The Illustrated Man”. “The Page” de Ramsey Campbell, es una historia de fantasmas donde la existencia de una sola copia de un libro es suficiente para mantener con vida a su creador. Robert McCammon es uno de esos escritores capaces de inolvidables novelas y cuentos genéricos, pero aquí, su “Children of the Bedtime Machine”, con la señora solitaria contándole cuentos al holograma de un niño, me encantó. La casa me recordó mucho a la de “There Will Come Soft Rains”. Otra historia verdaderamente memorable es la de “Cat on a Bad Couch”, de Lee Martin, y que ocurre en un barrio de inmigrantes, quizá intentando emular la única historia de Bradbury que apareció en THE NEW YORKER, “I See You Never”. De hecho, también logró recordarme algunas de las novelas graficas de Will Eisner, como A CONTRACT WITH GOD o TO THE HEART OF THE STORM, lo cual nunca es malo. Finalmente el cuento de Harlan Ellison, que cierra la colección, es tan breve (y opaco) que la nota que lo acompaña es más larga. Eso sí, la nota es muy entretenida.

Sigo insistiendo, neciamente quizá, que varios de los libros del ocaso de la carrera de Bradbury, como QUICKER THAN THE EYE (1996) o ONE MORE FOR THE ROAD (2002), merecen también nuestra atención. Novelas como FROM THE DUST RETURNED, donde volvemos a encontrarnos con los entrañables miembros de la Familia Elliott, como el inolvidable Tio Einar, o  FAREWELL, SUMMER, donde regresamos a Green Town, Illinois para una visita final, son libros especiales para mí. No, quizá no son esos los libros que serán leídos y releídos por incontables futuras generaciones. No aportan nada nuevo, sino son más bien retornos a caminos ya recorridos. Pero en cierta forma, ese era el encanto especial de una historia de Bradbury: el poder internarnos dentro de unos confines familiares que nos recordaban nuestra infancia y nos hacían sentir cómodos. Nos hacían sentirnos seguros. Ese es precisamente el atractivo de SHADOW SHOW. Un último paseo a lo largo de senderos caminados por primera vez por Ray Bradbury.

miércoles, 15 de agosto de 2012

LAS AVENTURAS DE HARRY HARRISON

Hoy en la mañana, apenas tres días después de la muerte de Joe Kubert, me desperté con la noticia que Harry Harrison había fallecido. Imagino que esta semana va a haber muchas, muchísimas, personas que van a hablar de Kubert, y lo que significó en el mundo de los comics los últimos 50 años. Mucho me temo que no tantos van a mencionar a Harry Harrison. Razón por la cual…


No les voy a decir que Harrison era un maestro de la Ciencia Ficción, un genio olvidado injustamente. La mayoría de sus novelas únicamente pretendían entretener al lector, divertirlo, no revolucionar el género o romper con las reglas establecidas. No veo por qué eso sea malo. Para un escritor, un narrador de historias, hay peores cosas que "solo" entretener a tus lectores. En mi opinión personal lo mejor que escribió fue al principio de su carrera, en los 50s y 60s. (Aunque WEST OF EDEN, sobre un mundo donde los dinosaurios nunca sufrieron la extinción, también es muy buena y esa la escribió en los 80s). La novela THE STAINLESS STEEL RAT de 1961, por ejemplo, la primera de una larguísima serie sobre un criminal obligado a trabajar para una agencia policiaca estelar. El primer libro de la serie de BILL, THE GALACTIC HERO de 1965, una feroz sátira de las novelas militares en el espacio, sobre todo las de Heinlein, como su STARSHIP TROOPERS (las secuelas que escribieron otros autores en los 90s son abismalmente malas). La primera de DEATHWORLD, la de PLANET OF THE DAMNED, etcétera, etcétera. Cualquier persona adolescente que empiece a leer CF con alguno de estos libros no se va a aburrir, se los garantizo.


Las historias de Harrison estaban llenas de acción y aventura, detallitos que muchos escritores hoy en día ya no se molestan en incluir por temor a no ser tomados en serio por la crítica y los lectores. Afortunadamente a Harrison eso le importaba poco. Precisamente por esto, varios de sus libros fueron adaptados por los comics. Confieso que yo conocí a THE STAINLESS STEEL RAT (y a Harrison mismo) gracias a los seriales que aparecieron en la revista 2000 AD al principio de los años 80s, al lado de las primeras historias de alguien llamado JUDGE DREDD. En ese entonces, 2000 AD estaba hecha para los niños y por eso, a pesar de tener más violencia que el típico comic gringo (recordemos que gente como Alan Moore y Brian Bolland y Dave Gibbons iniciaban sus carreras por esos años, precisamente en esta revista) las historias eran versiones simplificadas, más enfocadas en las escenas de acción. Aun así, nunca olvidé a “Slippery Jim” y cuando finalmente encontré una novela suya, la compré inmediatamente, lo que me llevaría eventualmente a leer algunos de los libros que menciono en el siguiente párrafo, por lo que estoy eternamente agradecido a 2000 AD. Por cierto, escogí esta portada del personaje que ven a su izquierda no porque esa sea la mejor novela (por el contrario), sino porque me fascina ver lo mucho que la apariencia física de Nikolai Dante (quizá el mejor y más importante personaje que ha salido de 2000 AD en las últimas dos décadas, y cuya saga terminó hace apenas un mes) le debe a “Slippery Jim”.


De mayor importancia, sin embargo, y lo que le ganó a Harrison su lugar en la posteridad, son sus libros que no pertenecen a series. Una de las primeras novelas Steampunk, años y años antes que acuñaran el termino, fue su A TRANSATLANTIC TUNNEL, HURRAH! de 1972, donde intentan construir un túnel submarino que una a Inglaterra y los Estados Unidos (aquí todavía una colonia inglesa), y que es una pequeña joya. Si no la han leído, háganse un favor y cómprenla. Su mejor y más famosa novela, por supuesto, sigue siendo MAKE ROOM! MAKE ROOM! (mejor conocida como SOYLENT GREEN gracias a la película de Charlton Heston, tan popular que hasta la han parodiado en THE SIMPSONS y en FUTURAMA) y que comparte varios temas con la clásica STAND ON ZANZIBAR de John Brunner. Tan solo ayer, Sinaloa Lee nos ofreció links para poder descargar esta novela (y la de Brunner, ya que andamos en eso) gratis y en español, solo en el improbable caso que nunca la hayan leído. Una pista, la película difiere mucho de la novela, o sea que no crean que ya no necesitan leerla solo porque se saben de memoria el final.

Al final del día, a la mejor no mucha gente va a lamentar la pérdida de Harry Harrison, pero existe una razón por la que entró al Salón de la Fama en el 2004. Existe una razón por la que el comité de los Premios Nebula le otorgó el premio Grand Master en el 2009 (una especie de “Lifetime Achievement Award” y que solo otros 27 escritores, entre ellos Bradbury y Bester, han recibido). Nuestro mundo es hoy un poco más pobre por la ausencia de Harry Harrison. No lloremos por él, que en estos momentos ya está explorando nuevos planetas y viviendo todo tipo de aventuras. Somos nosotros los que perdimos hoy.

sábado, 4 de agosto de 2012

LAS 100 MEJORES NOVELAS DE CIENCIA FICCIÓN DE LOS ÚLTIMOS 25 AÑOS

Hace casi 30 años apareció el ya legendario, ya infame, SCIENCE FICTION: THE 100 BEST NOVELS (1949-1984) de David Pringle. Algunos recordaran quizá la versión que sacó Editorial Minotauro en 1991, con portada muy bonita de Oscar Chichoni. En una introducción bastante buena, Pringle intentó explicar en qué criterios se basó para armar su lista. Como mencionó muy correctamente, que una historia ocurra en el futuro, o en el espacio exterior, o tenga robots, no necesariamente la convierte en ciencia-ficción. Añadió la diferencia fundamental con los géneros hermanos del Horror y la Fantasía, lo que inmediatamente descalificaba a los libros de Tolkien o los de Lovecraft de su lista. Lamentó que grandes autores como Ray Bradbury y Harlan Ellison (mejores cuentistas que novelistas) se hallaban igualmente ausentes de la lista. Sus comentarios para cada una de las novelas seleccionadas eran lucidos, bien informados y concisos al mismo tiempo. Es un volumen muy bonito, la verdad. Aun así, por supuesto, hubo muchos lectores que no quedaron muy conformes. Tal libro no aparece. Ese otro tampoco. ¿Cómo diablos se atreve Pringle a incluir a ese libro? Etcétera.



En mi opinión, el libro de Pringle es de presencia imprescindible en los estantes y anaqueles de cualquier seguidor de la CF, y de la literatura fantástica en general. Aun si uno no siempre está de acuerdo con las selecciones, es un volumen de consulta invaluable y, sobre todo, sirve como paseo a lo largo de recuerdos muy entrañables para los viejos zorros lectores y como posible introducción a los no muy iniciados. En mi caso personal, yo recuerdo que compré primero la versión de Minotauro (en la prehistoria antediluviana anterior al internet no siempre era tan fácil conseguir, o siquiera enterarte de, libros en inglés). Habrá sido en el mismo 1991, o quizá en 1992. Huelga decir que de los cien libros recomendados yo no había leído ni la mitad. Me enorgullece (y mucho) poder decir que antes que terminara la década de los noventa ya los había leído todos (excepto uno, cuyo título no voy a mencionar, pero cuya premisa siempre se me ha hecho algo aburrida)



El punto de todo esto es que este año, Paul Di Filippo y Damien Broderick publicaron una especie de continuación, SCIENCE FICTION: THE 101 BEST NOVELS, 1985-2010. Suficiente tiempo ha pasado desde la publicación del libro anterior, y un update era necesario. Llevo un par de días hojeándolo con una sonrisa en la cara. Igual que el volumen anterior, cada novela recibe un par de páginas, ofreciendo no solo una sinopsis sino además algunos detallitos tras bambalinas que explican la creación de cada uno, asi como una breve capsula sobre el autor mismo. Igual que el libro anterior de Pringle, en realidad no es necesario leerlo en orden. Es más, creo que es más divertido ir saltando años.


Inevitablemente, una vez más, imagino que esta lista no va a satisfacer a todos. Habrá quienes protesten tal ausencia, o la presencia de esa novela. En lo personal, no estoy enteramente de acuerdo que THE YIDDISH POLICEMEN’S UNION de Michael Chabon merezca estar aquí. Grandiosa novela, en efecto, pero ¿ciencia-ficción? Igualmente THE ROAD del maestro Cormac McCarthy es muy buena (aunque no es su mejor novela, ni con mucho), pero es difícil verla como CF. En su lugar alguna novelita de Dan Simmons me habría gustado más. (Que no venga por lo menos la de HYPERION me parece un absurdo). Ya en cuestión de gustos, en mi muy personal opinión, siempre he considerado a THE PLOT AGAINST AMERICA de Philip Roth ligeramente sobrevaluado, aunque supongo que es difícil discutir su importancia histórica. RADIO FREE ALBEMUTH asumo que está aquí exclusivamente porque es la única novela póstuma del gran Philip K Dick que apareció en este periodo de tiempo. Si fuera de cualquier otro escritor ni siquiera recibiría mención honorifica. Lo mismo ocurre, en mi opinion, con GENESIS de Poul Anderson. Nunca van a conocer a apologista de J.G. Ballard mas fiel que su servidor, pero hasta yo me pregunto por qué SUPER-CANNES (estupenda novela, por otra parte) es considerada como ciencia-ficción aqui. Intentar catalogar a China Miéville y su ya legendaria PERDIDO STREET STATION, por supuesto, es perder el tiempo. Era obvio que no podía faltar. Lo mismo se podría decir de THE DIAMOND AGE de Neal Stephenson (aunque me sorprende no encontrar a SNOW CRASH también), y THE DOOMSDAY BOOK de Connie Willis. QUEEN OF ANGELS, una de las pocas novelas tragables de Greg Bear, tampoco es una sorpresa. Por el contrario,  me sorprende (ahora de manera agradable) ver USE OF WEAPONS de Iain M. Banks. Desde siempre ha sido mi novela favorita suya, pero sé bien que esa opinión no la comparten la mayoría (usualmente prefieren su CONSIDER PHLEBAS). De manufactura más reciente, aparecen THE WINDUP GIRL de Paolo Bacigalupi, y THE QUANTUM THIEF de Hannu Rajaniemi, ambos libros que ya hemos discutido en este blog en múltiples ocasiones.

De ocioso, hice un conteo personal, y encuentro que he leído 58 de los libros aquí mencionados. Ignoro si intentare leerlos todos. Algunos no los he leído por elección y no por circunstancia, a diferencia de hace veinte años. Pero aun así, es evidente que me esperan muchas lecturas pendientes en los meses y años por venir.