Si
son lectores de ciencia-ficción supongo que inevitablemente habrán escuchado sobre ANCILLARY JUSTICE de Ann Leckie en
meses recientes. Es casi imposible no haberlo hecho. En mi caso, yo me enteré
de ella en uno de los podcasts de Jonathan Strahan. En más de una ocasión me he
enterado por primera vez de excelente material de lectura gracias a estos
podcasts. Jamás había oído el nombre de la escritora, así que quedé intrigado. No
me tomó mucho averiguar que todos
estaban hablando de esta novela, cansándose de elogiarla. La comparan una y otra vez con Iain
Banks y Ursula Le Guin. Inmediatamente me entró una vaga duda. Por lo general
confieso que desconfío de libros que son celebrados con tan extravagantes
comparaciones. Es como decir que este jugador es el nuevo Michael Jordan. Sin
embargo, como ya mencioné, las recomendaciones de Strahan usualmente me gustan.
Además de todo esto, un par de amigos de España que normalmente saben de lo que
hablan me habían comentado que les gustó. Así pues, la compré…
…y
quedé decepcionado. No hay absolutamente nada mal en esta novela. Está bien
escrita, la trama bien pensada (aunque empieza hasta como la página 80) y al
final no hay cabos sueltos. Es solo que en ningún momento me fascinó. Jamás me
agarró de los testículos y me dejó boquiabierto (como mi lectura de la semana
pasada). Quizá debo aclarar que las novelas de CF militar (salvo un par de
notables excepciones) nunca han sido de mi total agrado. Por cada THE FOREVER WAR existen un centenar de
libros de David Weber. (No me exijan títulos porque según yo todas las novelas
de Weber son idénticas entre sí). Para el caso, prefiero las novelitas que Dan
Abnett escribe para Warhammer 40K,
como la entretenida FIRST AND ONLY,
que no serán gran literatura pero por lo menos no se toman a sí mismas
demasiado en serio (uno de los principales defectos de STARSHIP TROOPERS de Heinlein, si me lo preguntan).
Quizá
fue un error leer BLINDSIGHT justo
antes. De hecho, estoy convencido que lo fue. Ya sé que son completamente
diferentes, y comparar una con la otra es injusto, para ANCILLARY JUSTICE y para Ann Leckie, pero ni modo. Todo mundo la
está comparando ya con otros gigantes del medio, así que creo que han abierto
la puerta a este jueguito. En cuyo caso, la Leckie sale perdiendo. La verdad es
que inmediatamente sentí la falta de
invención demente presente en cada página del libro de Peter Watts. Mientras
más leía, más fruncía el ceño, completamente confundido por la espectacular
popularidad de esta novela. La gente está comparando a la Leckie con Le Guin,
por amor a dios. De plano interrumpí mi lectura por un par de noches, en un
esfuerzo por replegarme. Intenté encontrar elementos que quizá había despreciado.
El detallito de usar siempre pronombres femeninos es simpático al principio, lo admito, pero después de un rato uno se queda pensando cuál es el punto. Efectivamente, Le Guin hizo algo parecido en THE LEFT HAND OF DARKNESS, pero creo que es obvio que ahí existía un propósito bastante específico (y esencial para la novela. El asunto del género cambiante de varios de los protagonistas es fundamental). Aquí, aparte de servir para demostrar que es una cultura aliena, no sirve de mucho, en mi opinión. Cuando gente menciona que creyeron identificar rasgos de Iain Banks, asumo que se refieren a las gigantescas naves conscientes que transportan a las tropas, a los ancillaries del título. Los ancillaries en sí, (que tienen cierta deuda con Anne McCaffrey, seamos honestos) con su punto de vista y narración múltiple son una idea divertida pero, de nuevo, nada que no haya visto antes. En lo que si le doy mucho crédito es a la hora de inventar todo este universo. Se nota que la señora le dedicó un buen rato a esto. Como siempre, el esfuerzo se aprecia. Estoy seguro que hay material de sobra para explotar en novelas futuras. Aquí sí le encuentro algunos toques dignos del maestro Banks y sus novelas de la Cultura (aunque sin las geniales pinceladas sociales que llenan sus libros). Curiosamente, la única queja que he leído sobre este libro es en este aspecto. Más de un lector se queja de que Leckie no explica muy bien su universo. De hecho, eso es de lo poco destacable en esta novela. Detesto cuando te lo explican todo como si fueras niño idiota. Como mencioné arriba, la trama se tarda un poco en comenzar. Y averiguamos lo que en realidad está pasando como 50 páginas después, pero una vez que eso ocurre confieso que el libro se vuelve mucho más ameno y se devora en un par de sentadas.
Al
final del día, supongo que entiendo la razón de la popularidad de la novela de
la Leckie. Es una aventura bien narrada, de fácil lectura y que jamás exige
demasiado al lector, con uno que otro destello original. Más que a Le Guin o a
Banks, me recordó más bien a Lois McMaster Bujold, otra autora extremadamente
popular, que escribe libros de CF militar muy sencillitos y que gana premio
tras premio, pero que personalmente nunca le he encontrado el gusto (y eso que
lo he intentado en más de una ocasión). No dudo ni por un segundo que ANCILLARY JUSTICE va a estar presente
en la lista de finalistas del Hugo del próximo año. Por mi parte, apenas lo
acabé anoche y ya he olvidado casi todos los detalles. No pienso regresar para
la secuela inevitable.