jueves, 25 de septiembre de 2014

AUTORES QUE EL TIEMPO OLVIDÓ


La semana pasada fue una de recuerdos entrañables para mí de mis años universitarios gracias a que volví a leer el VURT de Jeff Noon. Confieso que no pude evitar desempolvar también el NYMPHOMATION (una especie de precuela fumada que siempre me ha gustado más que la secuela “oficial”, POLLEN), pero en realidad no pasó mucho antes que le echara el ojo a otro icono personal de esos años, Jack Womack. Después de todo los tengo juntos en el mismo anaquel de los 90s. (Como pueden ver el orden alfabético en mis libreros es más bien conceptual).
 

Tristemente, hoy en día ya pocos hablan de Jack Womack. De vez en cuando alguien utiliza una de sus proféticas novelas para explicar la lamentable situación política y social del presente y lo buscan para alguna entrevista, pero en general la gente lo ha olvidado. No se puede negar que él mismo se lo buscó. Por la razón que sea dejó de escribir hace más de 10 años. Difícil de creer que en algún momento de mediados de los 90s muchos lo etiquetaban como la Siguiente Gran Estrella Literaria, uno de los afortunados en poder “escapar” del gueto de la CF para convertirse en un escritor de verdad.
 

La novela más famosa de Womack probablemente sigue siendo RANDOM ACTS OF SENSELESS VIOLENCE. Hace poco cuando se puso de moda eso de las listas de tus 10 libros favoritos hasta la vi nombrada en el muro de un par de amigos, lo cual fue una agradable sorpresa. Habiendo dicho todo esto, mi novela preferida de Womack es sin lugar a dudas la de ELVISSEY, novela que ganó el premio Philip K. Dick en el 93. Es muy posible que la anterior no solo sea más popular sino que además esté mejor escrita, pero creo que es difícil ganarle a ELVISSEY en términos de diversión descarada.


En un siglo XXI sorprendentemente similar al que vivimos existe un movimiento religioso que venera la figura de Elvis Presley, aquel hijo de Dios que realizaba milagros para sus seguidores. A los directores de la corporación más poderosa del planeta se les ocurre que a la mejor no sería una mala idea aprovechar esta nueva moda por lo que mandan a una pareja al pasado (por supuesto), específicamente al año de 1954, para que traigan al presente al verdadero Elvis (¿por qué no?) para convertirlo en un mesías viviente al que podrán manipular. El pasado al que acceden, sin embargo, pertenece al de una Tierra paralela (de hecho, el mismo de TERRAPLANE, la novela anterior de Womack, donde asesinaron prematuramente a Lincoln y la Guerra Civil norteamericana nunca ocurrió), por lo que la protagonista, que es negra, debe alterar sus facciones para aparecer caucásica. Un mundo donde Elvis no es famoso, ya mató a su madre e intenta violar a nuestra intrépida protagonista a continuación.
 

Esta casi absurda sinopsis de ninguna manera logra comunicar todas las ideas desbocadas que aparecen en esta novelita de apenas 300 páginas. Por ejemplo la jerga urbana, un lenguaje mutante casi tan difícil de descifrar como el escoces en TRAINSPOTTING (algún día intenten ver esa película sin subtítulos y vean qué tan lejos llegan), que Womack inventa para su violento siglo XXI, y que ya había desarrollado con anterioridad en otras novelas. Como menciono arriba, todos los libros de Womack comparten el mismo universo, aunque no es necesario leer los demás para entender ELVISSEY. (Como detalle personal, recuerdo que AMBIENT me gustó mucho. La de HEATHERN no tanto, la verdad). Es fascinante, además, especular qué pasaría si Jesucristo regresara de verdad en nuestros días. ¿Sería tan positiva la reacción de los fanáticos al encarar a su salvador en persona? A pesar que el Elvis de esta novela es un desgraciado redneck sin muchas virtudes que lo rediman, a su manera el libro es un homenaje tan cariñoso como lo fue BUBBA HO-TEP. Si pueden, consigan este libro y échenle un ojo. Y ya que andan en eso denle una leída rápida a RANDOM ACTS OF SENSELESS VIOLENCE. Y no perderían su tiempo si hojean la de AMBIENT. Y de una vez también la de…

viernes, 12 de septiembre de 2014

VURT, o los peligros de meterte una pluma en la boca...


El otro día se armó la plática sobre VURT, de Jeff Noon, y por supuesto lo agarré de excusa para desempolvar ese librito y releerlo por enésima ocasión. Se pueden quedar con sus obras clásicas de la literatura universal. A mi déjenme con novelas como VURT y seré feliz. Es el tipo de libros que tuve el privilegio de leer cuando estaba en la universidad que me demostró que la ciencia-ficción podía ser algo más que Asimov o los mismos autores de siempre. La trama es extraña, casi no tiene sentido. Los personajes son desagradables y orgullosos de serlo. No hay final feliz, ni lo buscaban. En resumen, el tipo de libros que le daría un soponcio al Buen Doctor.



En un Manchester del futuro cercano un grupo de delincuentes juveniles, casi niños, se la pasan día y noche drogándose con “plumas” alucinógenas. Hay plumas de distintos colores, cada una ofrece un efecto diferente. La más poderosa, casi mítica, es la legendaria Pluma Amarilla. No cualquiera sobrevive a la Pluma Amarilla. Por supuesto, no existe invitación más tentadora que esa. Un buen día, Desdemona, la hermana del protagonista, no regresa de uno de esos viajes. En su lugar está ahora la Cosa de Otro Mundo. Por supuesto, Scribble, nuestro irreverente protagonista no está muy contento con esta situación y se lanza a buscar otra Pluma Amarilla para poder rescatar a su hermana acompañado por sus amigos. Y así comienza su odisea...



La trama en sí, por supuesto, es una mera excusa para que Noon desencadene su prosa acida, casi alucinante, describiendo las extrañas vistas de su enferma imaginación. El Manchester de pasado mañana podría ser otro planeta, para el caso. En efecto, leer VURT es como chupar una de esas Plumas Amarillas. Más de una persona ha comparado VURT con A CLOCKWORK ORANGE, aquella revolucionaria (en más de un sentido) novela de Burgess. No estoy seguro si yo haría esa comparación tan rimbombante pero estoy de acuerdo que ambos libros ofrecen una experiencia única. ¿Qué otra cosa le podemos pedir a una lectura? Hay personas que prefieren leer el mismo tipo de libros una y otra vez. Es cómodo, es seguro. Como un par de pantuflas viejas y rotas. Vale, está bien, pero desde mi punto de vista la vida es muy corta para andar repitiendo experiencias cuando todavía hay tanto más por descubrir.


Tengo entendido que hace poco sacaron una edición nueva por el 20 aniversario, que incluye un trío de cuentos de Noon en el mismo universo y una extraordinaria introducción por parte de Lauren Beukes, escrita en el estilo de Noon. Se oye muy bien, y a la mejor la busco algún día. Definitivamente es la que deben comprar. Mientras tanto yo me quedo con mi edición de hace veinte años, tan querida y releída.