miércoles, 23 de septiembre de 2015

POKER DE COMICS

Vivimos en tiempos privilegiados, y no estoy seguro que las nuevas generaciones se hayan enterado. No hace tanto tiempo, si uno era lector de comics no le quedaba de otra que ser aficionado de los superhéroes. Y claro que lo éramos, en algunos contados casos lo seguimos siendo, pero no es lo único que nos gusta leer. Existían alternativas, la mejor siendo la línea de Vertigo de la DC, editada por la legendaria Karen Berger, pero eran la minoría entre la avalancha de superhéroes. El éxito de la última década de las películas de la Marvel logró traer a más gente a los comics… de superhéroes.
            Pero sucedió una cosa chistosa…
            Image, aquella editorial que era el hazmerreír de los años 90s, sinónimo de libros atrasados o inclusive inacabados, se transformó bajo la dirección de Eric Stephenson (a partir del 2009) en el lugar donde escritores y dibujantes podían publicar sus propios proyectos sin interferencia editorial y conservar sus derechos creativos. De la noche a la mañana un manojo de títulos nuevos, frescos y originales, completamente distintos a lo que las Dos Grandes ofrecían (de hecho, material que de ninguna manera podría aparecer de la mano de DC o Marvel), empezaron a salir al mercado. Series sui generis como Chew, o The Manhattan Projects, o Morning Glories, o la multi-premiada Saga. Al mismo tiempo, la venerable Vertigo, alguna vez bastión de los derechos de autor y creadores irreverentes, se vino abajo tras la salida de Berger con el cambio de administración y las demás editoriales independientes se alimentan de la carroña de sus entrañas. Hoy en día Image es el primer lugar al que los creadores llevan sus proyectos, no Vertigo. Y es por esto que este primer artículo para Supersónico se concentra por completo en Image, y sus comics de ciencia-ficción.
Pasemos, pues, a la mano ganadora de esta ocasión:


ODY-C (Matt Fraction & Christian Ward) Básicamente, la Odisea de Homero vuelta a narrar en un contexto futurista en el espacio. Pero lo que a primera vista podría parecer una repetición de lo que R. A. Lafferty ya hizo en su extraordinaria novela de 1968, Space Chantey, resulta en realidad algo más. Mucho más. En la página editorial al final del primer número, Fraction menciona que lo que él quería hacer era su propia Barbarella. Un comic que pareciera salido de un show del Cirque du Soleil o del cabaret Crazy Horse en Paris. Esto lo logra gracias al dibujo alucinante, casi psicodélico, de Christian Ward (recuerdo que en The Infinite Vacation de Nick Spencer era bueno, pero no tan bueno). Cada página es un verdadero festín visual, que asemeja a un viaje de ácido y que complementa perfectamente el excéntrico guion de Fraction. El escritor, por su parte, no se queda atrás y contribuye al efecto descarriado no solo con un alud de ideas y situaciones bizarras sino además escribiendo todo en hexámetro dactílico. ¡Una verdadera experiencia única leer este comic!


NAMELESS (Grant Morrison & Chris Burnham) Nadie maneja conceptos esotéricos e ideas locas como Morrison, uno de los pilares originales de Vertigo y el nuevo editor en jefe de la revista Heavy Metal. Muchos lo han acusado en años recientes, sin embargo, de haberse vendido a las Dos Grandes y solo producir comics comerciales. Otros tantos inclusive ya dan por hecho que sus mejores años quedaron atrás. Por eso fue tan agradable descubrir esta nueva serie. No había visto a Morrison aventar y malabarear tanto alucine desde The Filth. Una expedición es lanzada para interceptar al asteroide Xibalba que se encuentra en ruta de colisión con la Tierra. Pero la superficie de Xibalba está marcada por símbolos y letras en el lenguaje Enochiano. Xibalba no es un asteroide. Lo he dicho antes en otros lugares y lo vuelvo a repetir: Nameless me recuerda al Blindsight de Peter Watts, quizá la mejor novela de CF Dura del siglo XXI. Entre esto y The Multiversity (evidencia de que se pueden hacer comics comerciales sin ser malos), Morrison anda a mitad de una racha creativa envidiable. Manteniéndose a la par de los guiones de Morrison, la imaginación visual Chris Burnham (su viejo amigo de Batman, Inc.) nos asombra con cada nuevo número. No por nada ya muchos lo han comparado con Frank Quitely.


 SOUTHERN CROSS (Becky Cloonan & Andy Belanger) Varias de las nuevas series de CF de Image tienden a involucrar algún crimen, casi como si no estuvieran seguros que la ciencia-ficción por si sola fuera suficiente gancho para los lectores y sea necesario combinarlo con novela negra. (Otros, como Copperhead, combinan la CF con el Western). Ocurrió con The Fuse, y ocurrió con Drifter. Lo menciono porque cuando empecé a leer Southern Cross, un comic que compré exclusivamente por Becky Cloonan, cuyo dibujo siempre he admirado pero que en tiempos recientes se ha pasado a la silla de escritor, confieso que lo primero que pensé es que la premisa era ligeramente similar a The Roche Limit (una serie de Image que al final me acabó decepcionando). Supongo que debí tener más fe en Becky Cloonan. La manera de contar básicamente la misma historia no podía ser más diferente. Una joven mujer debe viajar a la luna de Titán para recoger el cadáver de su hermana, de paso intentando averiguar qué fue lo que realmente sucedió. Los primeros seis números ni siquiera se molestan con esta investigación sino que ocurren durante el viaje mismo, encerrados dentro del claustrofóbico ecosistema social de la nave Southern Cross. El world-building de la Cloonan es prodigioso. El dibujo de Belanger, mientras tanto, es un claro homenaje a esas películas de CF de los años 70s como Silent Running y Outland.


8HOUSE (Brandon Graham & varios) Brandon Graham ya llevaba algunos años creando comics para el mercado independiente (como el brillante King City), pero admito que la primera vez que lo leí fue hasta que participó en el reboot de Prophet para Image en el 2012. Fue Graham el que transformó a ese viejo personaje sin chiste de Rob Liefeld en una verdadera epopeya cósmica digna del Metal Hurlant de los 70s. Igual que con aquellos relatos surreales de Moebius y Druillet, los guiones no parecían tener muchos sentido al principio (y aun si se leen todos de golpe no son del todo coherentes), pero la tormenta desatada de ideas desquiciadas y absurdas es tan fuerte que el lector no puede más que dejarse llevar por el entusiasmo de los creadores y disfrutar el viaje. Todo esto lo menciono porque el nuevo proyecto de Graham quizá sea su más ambicioso. 8House se trata de una serie que tendrá a distintos dibujantes en cada arco, que a su vez involucraran a distintos personajes cada vez, todos en un universo compartido. El primer arco fue “Arclight” y justo a la fecha de publicación de este número de Supersónico que tienen en sus manos, el segundo arco, “Kiem”, sobre un soldado que lucha en forma de proyecciones astrales y con dibujo de Xurxo Penalta, que recuerda mucho al estilo ultra-detallado de Geoff Darrow, habrá iniciado.


TREES (Warren Ellis & Jason Howard) A diferencia de Brandon Graham, alguien que no necesita mucha introducción es el escritor Warren Ellis, que este año finalmente parece haber regresado con una venganza. Con este título, así como con Injection, también para Image (e inclusive Moon Knight para Marvel) Ellis parece rejuvenecido, y recuerda a ese autor renegado y peligroso de Transmetropolitan y Planetary de fines del siglo pasado. En esta serie la Tierra ha sido invadida… por árboles. Los colosos de diez kilómetros de altura plantan sus raíces… y no hacen nada más. Con el paso de los años la humanidad se acostumbra. Se adapta. Mientras más cambian las cosas, los viejos pecados del pasado son los mismos. Jason Howard, igual que Ellis, parece decidido a reinventarse. Su estilo aquí es sucio, casi garabateado comparado con el que usaba hace años en Super Dinosaur (o inclusive en The Astounding Wolf-Man) para Kirkman. Muy recomendado.

Festejando el primer artículo para Supersónico, y porque toda mano merece un comodín, tenemos una mención honorifica:


BLACK SCIENCE (Rick Remender & Matteo Scalera) Remender anunció el mes pasado que dejaba a la Marvel, y sus cómodos salarios, para poder regresar a la arena de los comics de autor, y vaya que ha sido un triunfal regreso. ¡Entre este título y Low, uno no sabe dónde escoger! La premisa aquí puede parecer simple, un grupo de científicos y exploradores perdidos a la deriva a lo largo de una infinidad de mundos paralelos donde todo es posible, pero es en su ejecución donde uno encuentra la diferencia. Los comics de Remender en Marvel (como Uncanny X-Force y Captain America) eran buenos, nadie discute eso. Pero era casi como si el lector pudiera ver la mano invisible de los editores, intentando controlar la imaginación desbocada de Remender. En Black Science la diferencia es casi instantánea y me recuerda, efectivamente, a viejos títulos suyos como Fear Agent, que salió en Image y en Dark Horse también (una de las virtudes de ser independiente). El italiano Matteo Scalera está a la altura del reto, ilustrando cuanta locura Remender sea capaz de concebir. Black Science es como esas historias pulp de los años 30s, que más que tener sentido lo que buscaban era tan solo divertir y entretener. Aventuras completamente impredecibles y que los escritores tenían que acabar y entregar cada semana solo gracias a cantidades industriales de cafeína y anfetaminas. De todas las series nombradas hoy esta es la más añeja, ya habiendo llegado a 16 números, aunque precisamente ahorita se encuentra en pausa y regresara hasta noviembre de este mismo año. ¡Tiempo perfecto para ponerse al corriente!

La verdad es que pude haber mencionado otro póker completo de comics de ciencia-ficción de Image, desde el Starve de Brian Wood y Danijel Zezelj, hasta The Surface de Ales Kot y Langdon Foss, pasando por Descender de Jeff Lemire & Dustin Nguyen, Tokyo Ghost del mismo Remender y el gran Sean Murphy, y RunLoveKill de Eric Canete. Quizá Faster Than Light de Brian Haberlin también. Y eso sería sin siquiera platicar sobre sus series de fantasía, o las de crimen, muchas de ellas extraordinarias. Lo que solo ilustra mi punto inicial.


En la próxima entrega quizá nos toque charlar sobre la nueva línea de comics que está sacando Heavy Metal, o quizá sobre la oleada de títulos nuevos que Vertigo anunció apenas el mes pasado en la Comic Con de San Diego (a la mejor el viejo cadáver todavía tiene algo de vida, después de todo). En estos momentos están apareciendo tantos maravillosos comics que poco o nada tienen que ver con los superhéroes que es virtualmente imposible predecir el tópico de la siguiente columna. De nuevo, vivimos en  tiempos privilegiados.