martes, 28 de junio de 2016

MIS CINCO NOVELAS DE FANTASÍA FAVORITAS DEL SIGLO XXI

Ayer lunes celebré en mi muro de Facebook el décimo aniversario de THE LIES OF LOCKE LAMORA, llamándola mi “segunda novela de fantasía favorita del siglo XXI”. Quizá inevitable, más de una persona preguntó cuál era mi favorita. En lo que a mí respecta cualquier excusa es buena para desempolvar el blog así que en vez de simplemente contestar la pregunta con un título se me ocurrió mejor listar mis cinco favoritas. Como siempre, recuerden que no pretende ser la lista de las Cinco Mejores Novelas de Fantasía del Siglo XXI sino tan solo mis favoritas. (Perdón, pero aparentemente hay que explicar lo obvio siempre). En otras palabras, aquí no van a encontrar libros de Brandon Sanderson, que en lo personal encuentro infumables. Para ahorrarnos problemas tampoco voy a distinguir entre fantasía épica o urbana o mera ucronía. Sin más, pasemos a lo bueno. Intentaré ser lo más breve que pueda en cada entrada:


THE FIRST LAW de Joe Abercrombie. Lectores veteranos del blog recordaran mi desagrado ante trilogías y el arte perdido de escribir novelas auto-conclusivas pero aquí se trata de algo distinto. Creo que es evidente para cualquiera que se moleste en leerlos que en realidad se trata de un solo libro, solo que dividido en tres volúmenes por razones de espacio. Libro cínico y revisionista como pocos antes o después, aunque sin jamás caer en la parodia del género también tan común en nuestros días. Abercrombie se demuestra como un enamorado del género, no un detractor, solo que tenía cosas nuevas que decir. Para renovar un género es inevitable usar algunos clichés intencionales y Abercrombie lo hace, como el bárbaro del norte o el gallardo soldado bien parecido, pero manejados de manera inusual y además mezclados con algunos personajes verdaderamente originales (como Sand dan Glokta, el Inquisidor, más bien torturador, que es mi favorito de toda la serie). A Abercrombie se le achaca el crédito de crear el subgénero de “grim dark fantasy”, este nuevo tipo de fantasía más sucia, más vulgar, y con protagonistas (“héroes” seria la palabra incorrecta) moralmente ambiguos, tan diferentes a los personajes de Tolkien o inclusive a los de George R.R. Martin. Aquí nadie viene de noble familia o tiene la menor posibilidad de ascender a algún trono. Aquí solo hay puro soldado raso, puro perdedor. No estoy por completo de acuerdo con esta acreditación. Recuerdo libros como los de Glen Cook  (los de la Black Company, por ejemplo) que ya en los 80s intentaban algo similar, pero es indudable que fue con Abercrombie que se popularizó esto y fue gracias a esta trilogía. Con el tiempo, Abercrombie ha añadido novelas (ahora si auto-conclusivas) y un puñado de relatos a este mismo universo, algunos tan buenos si no es que más que la trilogía original pero en mi caso muy personal ninguno que me volviera  causar el mismo impacto que estos primeros libritos. 


THE RED WOLF CONSPIRACY de Robert V.S. Redick. Hasta el día de hoy es un misterio para mí por qué esta novela no es mejor conocida. El primer libro de la ambiciosa tetralogía The Voyage of the Chathrand es de lectura imprescindible para todo aquel que se jacte de ser aficionado al género fantástico. Habiendo dicho todo esto, me queda claro que no es para todo mundo. Para empezar, ayuda mucho si les gustan las novelas navales (sobre todo las Napoleónicas). Es obvio que Redick hizo su tarea y la narración está llena de tecnicismos como novela de Patrick O’Brian. Por suerte, Redick tiene el suficiente oficio para no permitir que esto detenga la narración. En efecto, se trata de uno de esos relatos de aventuras desenfrenadas que por alguna razón ya no se escriben hoy en día. El gran navío Chathrand es el último de su clase, una montaña flotante de casi 600 años de antigüedad construida con materiales que ya no existen. Es tan grande que se requiere de un telescopio para poder examinar todos sus mástiles. Monstruos gigantes bajo cubierta manejan el ancla. En este enorme escenario es donde el destino de varios reinos y razas chocan durante el último viaje de este colosal navío. El “worldbuilding” es sencillamente asombroso en su cantidad de detalles, desde la historia y geografía de este mundo, hasta sus leyendas (sobre todo aquellas donde participa el Chathrand a lo largo de su existencia). Una faena creativa digna de las novelas de Steven Erikson (si la lista incluyera la década de los 90s tengan por seguro que vendrían por lo menos un par de novelas de Malazan). El trasfondo de THE RED WOLF CONSPIRACY es tan completo que uno desearía que hubieran más historias en este mundo. Por desgracia al final el mismo autor cae en esta trampa. Esta novela estaría mucho más arriba en mi lista de no ser por el hecho que Redick arruina un final perfectamente auto-conclusivo con un epilogo innecesario que solo sirve para desarmar un par de puntos ya resueltos con el claro propósito de escribir una secuela. Aun así recibe mi más alta posible recomendación.


JONATHAN STRANGE & MR. NORRELL de Susanna Clarke. Hay poco que yo pueda añadir sobre esta maravillosa novela que no hayan hecho ya miles y miles de reseñas. Ganadora del Hugo, del World Fantasy, del Locus, finalista al Nebula (y al Whitbread y al Guardian, así como nominada al Booker. Es decir, el tipo de premios literarios al que las novelitas de fantasía en general no tienen acceso), JONATHAN STRANGE & MR. NORRELL marcó un parteaguas en la historia del género. En una Inglaterra del siglo XIX que nunca fue pero virtualmente idéntica a la nuestra, la magia es real aunque dejó de practicarse hace mucho tiempo, desde la misteriosa desaparición de John Uskglass hace casi 300 años. La magia es algo que se discute en círculos académicos pero nada más. “Magic is simply something a gentleman does not do.” (Sobre todo porque nadie parece capaz de lograrlo en realidad). Es entonces cuando aparece Gilbert Norrell, un hombrecillo fastidioso que pronto convence a toda la nación de sus habilidades mágicas. No tarda mucho en convertirse en la celebridad del momento de la alta sociedad en Londres. Comisionado por el gobierno crea barcos fantasma para defender la isla de las flotas de Napoleón. Aun con todo su éxito, sin embargo, sigue siendo un hombre mezquino, celoso de que algún otro mago pueda aparecer en Inglaterra. Con la ayuda de su sirviente Childermass se encarga de monopolizar todos los libros de magia en el Reino Unido. Su hegemonía es indiscutida hasta que surge el joven Jonathan Strange, quien a diferencia de Norrell no ha aprendido magia de los libros sino de una naturalidad casi virtuosa. Comienzan como mentor y pupilo, pero no pasa mucho tiempo antes que una feroz rivalidad nazca entre ambos, dividiendo al país en dos. Y ni siquiera he mencionado al caballero del pelo como el vilano de cardo… La sinopsis da una vaga idea de la historia, pero de ninguna manera revela el por qué es tan especial el libro. Escrita como una verdadera novela decimonónica, con ortografía arcaica, es obvio que sus influencias son Dickens y Jane Austen en vez de Tolkien. La novela cuenta además con casi 200 notas de pie de página que documentan la historia de la “magia inglesa”. Se ha mencionado en más de un lugar que estas notas bien podrían formar una maravillosa novela por sí solas. De lectura densa, es aun así sorprendente como en ningún momento de sus casi 800 páginas parece haber relleno innecesario de ningún tipo. Una obra imprescindible. 


THE LIES OF LOCKE LAMORA de Scott Lynch. El libro que dio origen a esta postal. La historia de un ladrón de poca monta y sus amigos en una ciudad que parecería el reflejo de nuestra Venecia medieval, espolvoreados con capítulos que ilustran la historia de la ciudad y el mundo donde viven. Este es un libro que desde la primera página me agarró y ya no me soltó hasta que lo terminé agotado una semana después. No tengo idea cuánto tiempo llevaba Lynch incubando esta novela en su cabeza pero es de verdad pavoroso la cantidad de detallitos que forman su mundo. Desde la geografía de su ciudad, cada calle y esquina con su propia historia, hasta la misma arquitectura, las costumbres y tradiciones de este mundo al mismo tiempo familiar y completamente alieno. A diferencia de la mayoría de las fantasías actuales, tan solemnes y formales (Brandon Sanderson se me ocurre de inmediato), este es un libro que jamás se toma a sí mismo demasiado en serio. Escrita con mucho brío y alegría, sus páginas se devoran en tan solo un manojo de días. He leído en más de un lugar que el libro les recuerda las historias de Fafhrd y el Ratonero Gris de Fritz Leiber, lo cual tiene algo de razón, supongo, pero a mí en realidad el protagonista me recuerda más a Corwin, de las novelas de Amber de Zelazny. Lástima que más gente no lo conoce. Sí, por desgracia las secuelas dejaron mucho que desear (de hecho, son pésimas). Ignoro si esto es debido a que la primera novela creó expectativas imposibles o si simplemente Lynch dio todo lo que tenía en este libro, pero eso no le roba ningún mérito a la novela original.


PERDIDO STREET STATION de China Miéville. En cierta forma, me sorprendió la cantidad de gente que me preguntó cuál era mi novela de fantasía favorita de este siglo cuando la respuesta es tan obvia. Quizá parte de la confusión es debido a que hasta el día de hoy nadie parece estar muy seguro si es fantasía o no. Nadie parece saber cómo clasificar esta novela y creo que ahí yace parte de su encanto. No es CF, no exactamente, pero tampoco parece ser fantasía. Muchos hasta la consideran Steampunk. Muchos la consideran “Weird”. En efecto, en la última década China Miéville se ha convertido en el santo patrono de este movimiento y en gran parte es debido a este libro. Lo que nadie duda es que es uno de los logros literarios más extraordinarios de este siglo. PERDIDO STREET STATION es la monumental novela que nos introdujo al mundo de Bas-Lag y su ciudad principal de New Crobuzon. Una obra maestra perfecta, universal, exhaustiva. El tipo de libro que me causa envidia (de la buena y de la mala). Desearía haber escrito este libro. Un libro que se aleja del modelo de Tolkien (es bien conocido el desprecio de Miéville por Tolkien) y que se asemeja más a los libros excéntricos de Mervyn Peake. Quince años después de leerlo por primera vez sigo asombrado ante el catálogo de maravillas esperando dentro de sus páginas listas para emboscar al lector desprevenido. Hasta la trama es difícil de encapsular. El protagonista es un científico que es contratado por un Garuda, una especie de hombre pájaro (aunque esa descripción es tan inadecuada que no sé ni por dónde empezar) que ha perdido sus alas y que está dispuesto a pagar lo que sea a cambio de poder volver a volar. Mientras esto ocurre, la novia artista del científico, una Khepri, una especie de mujer insecto (con cabeza y mandíbulas de escarabajo) que solo se puede comunicar con su amante mediante señas (las escenas de sexo son… interesantes) es contratada por Mr. Motley, un gangster, para que le haga una escultura de él mismo. La comisión no es tan sencilla ya que Mr. Motley ha alterado su cuerpo tantas veces que ya no tiene una “forma” propiamente dicha. Igual que con la novela de Susanna Clarke, la estrafalaria sinopsis no explica bien lo que hace tan entrañable al libro. Habría que mencionar detallitos incidentales como el Construct Council, una inteligencia artificial creada espontáneamente de las montañas de basura de la ciudad. Una especie de dios steampunk hecho de tecnología victoriana y que propaga el virus de la consciencia a otros mecanismos en la ciudad. Habría que mencionar al Tejedor, una araña multidimensional (con manos humanas nunca ociosas) obsesionada con patrones recursivos y que solo habla en métrica libre. Al gueto comunista de los Garuda. A la trágica historia del exilio de los Khepri. Habría que hablar de sus lenguajes. De los Remade. De los fRemade (sobre todo Jack Half-a-Prayer). Detrás de todas estas invenciones descarriadas Miéville nos habla de la obsesión creativa, ya sea científica o artística, que no te deja dormir hasta no ser satisfecha. Detrás de toda esta pirotecnia, Miéville nos habla de la condición humana. Aquellas personas que se niegan a leer literatura fantástica porque creen que es mero escapismo nunca han leído a Miéville...

Lo más sorprendente de esta lista es que casi todas estas novelas (excepto una) son opera prima. A veces esto es bueno, cuando el autor no logra controlarse y le mete de todo al libro, aun lo que no es estrictamente necesario. Ese entusiasmo tan contagioso del autor que hasta el lector puede sentir. Ya solo para terminar me gustaría hacer mención honorifica a THE NIGHT CIRCUS de Erin Morgenstern y THE NAME OF THE WIND de Patrick Rothfuss, que habría sido perfecta si tuviera un editor más exigente y le tijereteara unas 200 páginas por lo menos (y aun así quedarían casi 500 páginas)

2 comentarios:

  1. Para mi La primera ley es una lectura obligatoria de fantasía, y pensar que voy a conocer al bueno de Joe dentro de menos de 20 días todavía me vuelve un poco más loco en este tema. Tengo muchas ganas de leer Jonathan strange & Norrell, la serie me alucino en todos los sentidos y tengo ganas de verlo sobre el papel. Tengo a Lynch y al que dicen que me va a encantar Mieville pendientes aún, así que me apunto tus recomendaciones. Un abrazo^^

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    1. No se te olvide la de Redick, Daniel. No te vas a arrepentir!

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